LOS CUATROCIENTOS EUROS
Ya lo saben, esta fue la promesa estrella de Zapatero en materia de política fiscal. Ingresar cuatrocientos euros lineales a todas las personas que declaran ingresos, esta deducción será aplicable a los contribuyentes que perciban rentas del trabajo, asalariados y pensionistas, y también a los que perciban rendimientos procedentes de actividades económicas. Sencillo verdad, tan sencillo como el cheque bebe o el cheque de siete mil euros al profesorado que no suspenda a nadie. Es como el chiste en él que a un tipo le preguntan que qué come su perro y responde que no sabe, que le da cinco euros y que el se compra lo que quiere. Pero lo peor, es que en la misma tacada y sin que nos enteremos (pues no fue promesa electoral con amplificación mediática) el gobierno ha suprimido el impuesto sobre el patrimonio, un impuesto dirigido a los grandes propietarios.
Ese es el estado fiscal que tenemos, cada vez mas alejado de su función social, la que promueve el equilibrio y la redistribución de la riqueza (entiéndase bien común) y el que promueve y ofrece servicios y no dinero. Nos gobierna el liberalismo. La palabra fiscalidad alude a la cosa pública, lo que interesa a todo el mundo porque es mejor para la sociedad. Lo que interesa a todo el mundo es que la justicia funcione, la sanidad funcione, la escuela pública funcione, las guarderías funcionen, la poli funcione, la atención a los mayores funcione, el transporte público funcione...
Por lo que no hay fiscalidad progresista si no paga mas el que mas tiene y menos el que menos gana (empresas o personas). Bajaron la fiscalidad de las grandes corporaciones y limitaron los escalones de la renta. Además, ahora habrá debate territorial, no lo dudemos los territorios ricos se llevarán el gato al agua. Ya les pagamos a ellos el IVA del agua y la luz y el gas y el teléfono, miren sus facturas y verán en qué lugares se expiden o de qué lugares son las empresas que las gestionan.
Cuatrocientos euros a la buchaca y a tirar millas, te los puedes gastar en el Carrefour o el MediaMark, o en el bar de la esquina, o en pañales, o en alimentación, cuando se acaben ya no hay mas. Cuatrocientos euros para aguantar "los cuatrocientos golpes" que se nos vienen encima, el pan, el agua, la luz, el gas, la gasolina, los libros del cole, la leche, la ropa, el calzado, la hipoteca, el teléfono, la amenaza del paro, y todo lo demás, porque no solo de pan vive el hombre, ni la mujer.
Y entre tanto, nuestro gobierno andaluz se está pensando ayudar al sector inmobiliario, los pobrecitos no han ganado lo suficiente en los últimos años y necesitan de nuestra solidaridad. Yo preferiría otra receta: tomen su dinero e inviértanlo en sectores que no destruyan el medio ambiente, apuesten por la desmaterialización de la economía, ayuden a sus trabajadores a reubicarse en los nuevos sectores, y olvídense para siempre del ladrillo. En resumen y parafraseando metafóricamente a Cicerón "planten árboles para que sirvan a las generaciones futuras" y muéstrense con humanidad.
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