Los Verdes no nacieron ayer
Como en la película “Los visitantes no nacieron ayer” Los Verdes tampoco. Uno puede rastrear las causas, la historia, y el contexto en que Los Verdes entran por primera vez en el Bundestag alemán en 1984, en el libro de la tesis de Jorge Riecham Los Verdes alemanes: historia y análisis de un experimento ecopacifista a finales del siglo XX, editado en Granada por Comares en 1994.
No es casual que este texto se publicase en Granada en la colección Ecorama, la cual cuenta con otros textos importantes.
En España hacía muy poco que moría el dictador, menos aún de una constitución democrática, y prácticamente nada desde el golpe de estado del 23 de febrero de 1981. No obstante los primeros núcleos políticos verdes nacieron en España, particularmente en Andalucía, y muy particularmente en Granada allá por 1986-87.
Uno puede pensar que la historia de la ecología política en España está llena de fracasos estratégicos, la realidad percibida indica que nunca hubo un partido verde con espacio electoral suficiente para saltar las barreras del 3 y el 5% en elecciones estatales, autonómicas y municipales. Uno puede pensar que eso es fruto de la incapacidad, de los errores y de la falta de unidad del movimiento verde español. Uno puede pensar muchas cosas.
La realidad objetiva, no percibida, no es esa. Lo dice quien escribe, que no estuvo en el origen de la ecología política en España, si no como observador de las primeras pulsiones políticas y como activista.
Una circunstancia trascendente es que, a diferencia de Alemania Federal, donde el Partido Comunista no existía, en España se salía de una transición donde lo principal era construir la democracia, y donde el Partido Comunista jugaba un papel esencial como aglutinante de todo el movimiento obrero por las libertades. No digo con esto que el PCE, y la segunda etapa de IU como marca del PCE, hayan sido causas de la debilidad de la ecología política en España, no. Los Verdes no son, y mucho menos ahora competidores con el voto comunista y postcomunista. Lo que digo es que los centros neurálgicos del debate en España, las posiciones ideológicas, traducidas por la política, por las que la gente decide el voto estaban condicionadas por la proximidad de la lucha antifranquista y el eje derecha/izquierda. A este eje de toma de posición política electoral, hay que añadir el eje nacionalismo español/nacionalismos periféticos, en los territorios del Estado con más conciencia identitaria.
Mientras en Alemania la ecología política contaba ya con una larga trayectoria del ecologismo activo, un suelo fértil para hacer crecer una nueva opción política, desde comienzos de los años 60, en España, el ecologismo activo incipiente era denostado en todos los espacios de intervención política y comunicación pública. Los ecologistas eran entonces gente rara y agorera.
Fruto de esta perspectiva histórica, fruto del particular contexto español, han sido las distintas estrategias adoptadas por Los Verdes en España, la avanzadilla, y no es presuntuoso decirlo, se dio siempre en Andalucía. El resultado más satisfactorio se ha dado en Cataluña.
Los primeros parlamentarios y senadores verdes son fruto del origen de IU, donde se integran la ecología política de un modo más visual que estructural (lo que demuestra que entonces la simpatía era mayor que el músculo real), entre otros partidos de izquierdas de corte socialista y socialdemócrata, también el feminismo cobra importancia en esa original IU.
Este, llamémoslo, experimento solo fraguó en Cataluña, donde la estrategia de alianza con la izquierda de tradición comunista se consolido en ICV (Iniciativa per Catalunya Verds,) fruto de una sociedad más plural, más industrial y más tecnológica. Pero sobre todo, fruto de, lo que podemos llamar gestión de los espacios de representación interna. ICV, supo dar valor a la semilla verde abandonando los modos de gestión del aparato del PSUC y dejando espacios internos y externos de intervención verde, de intervención de la minoría. Así ha llegado a ser ahora la fuerza política reconocida como Verdes por el Partido Verde Europeo en Cataluña.
Esto no ocurrió en Andalucía, lugar donde la citada estrategia es confluyente con la catalana. Las permanentes purgas impulsadas por el PCE, y que han llevado a IU a la situación de zombi político actual, obligó hace ya catorce años a Los Verdes a salir de IU. Es entonces cuando se inician en Andalucía cuatro años de travesía del desierto. El contexto social, los valores de la ecología política, todavía no habían penetrado con fuerza suficiente en la sociedad, no había espacio electoral más allá de un escaso 1% del voto.
La política tiene que tener la virtud del pragmatismo cuando se quiere conseguir que la sociedad avance en una dirección ideológica. Es por esto por lo que se establece una nueva alianza estratégica con la socialdemocracia. Aquí preelectoral, pero no lo olvidemos, también en Alemania, aunque allí, dado el peso de Die Grünen, pudo hacerse de modo postelectoral. Con esa nueva alianza estratégica se consiguen espacios de gestión institucional, y también algunos cambios legislativos de relevancia. La alianza con la socialdemocracia no estaba exenta de riesgos, un todo poderoso PSOE podía devorar con facilidad a Los Verdes.
La educación ambiental, el primer impuesto sobre vertidos, residuos radioactivos, emisiones de CO2 de grandes contaminantes, despegue absoluto de la agricultura ecológica en Andalucía, la ley de voluntades anticipadas, la perspectiva de género en los presupuestos generales de la Junta de Andalucía, son fruto de esta alianza estratégica. Pero, lo más importante, la introducción de todo esto en el nuevo Estatuto de Autonomía para Andalucía, en el que se incluyen perchas que tendrán trascendencia futura como el reconocimiento del principio de precaución, el derecho a la calidad del aire y la salud ambiental, las energías renovables, la agricultura ecológica, los derechos de los animales y el defensor de los animales.
Los Verdes en Andalucía han establecido estrategias pioneras para conseguir objetivos con un escaso espacio electoral fruto de lo que dije al principio de este artículo. Aun tenemos compañeras y compañeros de viaje en otras comunidades autónomas en la primera y segunda fase de lo relatado, les deseamos la mejor de las suertes.
Como principal fruto de este proceso destaco, sin duda, la contribución al cambio de valores de la sociedad. La ecología política ya no solo es vista con simpatía, es algo más, está ascendiendo su sinergia para ganar espacio electoral, lo demuestra la inserción de su color, a veces velada, a veces directa en opciones políticas de todo el espectro. Cuando se la acusa no se la acusa por el fondo, se la acusa por la estrategia. Es que estuvisteis con tal, es que os aliasteis con cual. Me pregunto, ¿Qué hiciste tú entonces por la ecología política? Desde ese entonces al que aludo el ecologismo activo, y sobre todo la Ecología Política, ha ganado mucho territorio visual, mucha simpatía y la percepción generalizada de que algo bueno se esconde tras nuestras propuestas. Es el momento, por tanto, de traducir la simpatía en voto, ahora que el greenwashing está de moda en todas las demás opciones políticas –llamémoslas, que ya es hora, tradicionales–, Somos Ahora.
No ha sido falta de unidad, no ha sido incapacidad de las personas, no ha sido que no haya habido verdes, no ha sido que no se haya hecho política, no ha sido falta de programa y de propuestas, ni siquiera ha sido falta de medios para abordar las campañas electorales, no ha sido nada de eso. Ha sido lisa y llanamente que el electorado no votaba suficientemente a la opción de la ecología política.
En Alemania las expectativas electorales de Die Grünen se aproximan, y pueden superar, las del SPD. No es solo Fukushima, no, antes de Fukushima las encuestas ya auguraban un fuerte ascenso verde.
En Andalucía, no tenemos duda, el proyecto EQUO estatal de la ecología política llega en el momento oportuno, ha tenido que ocurrir todo lo que ha ocurrido, dentro y fuera de Los Verdes, para llegar hasta aquí. Contribuiremos desde la experiencia andaluza a evitar viejos errores. Vivimos un punto de inflexión social.
* Este artículo podía haber sido más largo, consideradlo, por favor, un germen para una reflexión más amplia. Debe su contenido a conversaciones y reflexiones informales con compañeras y compañeros de Los Verdes de Andalucía, y particularmente con Francisco Garrido y Blanca Parrilla.
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