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Blog de Mario Ortega

Los debates a debate

Los debates a debate

La arrogancia de algún candidato es fruto de años de dominación. La bisoñez de otro es fruto del engreimiento contagioso por haber nacido en las ascuas calientes del poder.

Como si unas elecciones fueran asunto de dos, las dos caras de la misma falsa moneda, el candidato del PSOE en Granada pide al Alcalde y candidato del PP un debate cara a cara. El del PP le responde que cuando deje su puesto de Delegado Provincial de Innovación de la Junta de Andalucía ya veremos. PP Torres es así, un populista rápido de reflejos y lento de proyectos, un liante que sabe cómo funciona la telenovela mediático-política.

PP Torres sabe a quien obedece y a los que manda. Obedece a los que han comprado a precio de saldo nuestra agua, nuestros servicios sociales, nuestro subsuelo en forma de parking subterráneos, nuestras instalaciones deportivas, nuestras escuelas infantiles, nuestras sagradas obras con fondos ZP, y todas y cada una de las concesiones municipales de servicios públicos. Y manda a golpe de foto en los periódicos, a golpe de paseíllo televisado, a golpe de canapé regalado y a golpe de carantoñas por las que hay gente que le entrega el alma.

El otro, Paco Cuenca, se deja llevar al abismo por la meliflua voz de sus adláteres, y por el soniquete redundante de algún director de informativos mañanero, o mejor canta mañanas. Ser o no Ser, ¿donde quedó la libertad en la prensa?

Reivindico, no el derecho a debatir, reivindico el derecho a una información pública política veraz y contrastada, el derecho de la ciudadanía a conocer todas las opciones democráticas que concurren electoralmente, todos sus proyectos y todo lo que opinan de las actuaciones de las demás. Eso sería salud democrática, partir en igualdad de condiciones en el momento cumbre electoral, en las elecciones.

Sé que las y los profesionales de la prensa sufren la coherción velada del poder, que no es otro que el poder económico.

Contra la enfermedad de los déficit democráticos el mejor antídoto es conocer la diversidad. El bipartidismo es dañino en sí mismo, y peor aún dañino para la salud de la democracia. Solo dos partes se guiñan, primero tú y luego yo, y luego al revés. Que todo cambie para que todo siga igual.

Lo recuerdo de nuevo, el voto útil es el más inútil de los votos. Salte del redil a donde te llevan silbándote al oído.

Ah, una cosa, no me siento víctima, nunca rogaré un renglón en los medios de comunicación. Sé de qué va el asunto.

Siempre me quedará la red y la calle.

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