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Blog de Mario Ortega

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Ágora en Ándalucía

Ágora en Ándalucía

 

Una conversación con una amiga me ha recordado este texto que tiene casi dos años. Lo traigo aquí. Me parece que tiene un estilo parecido al de "El mecanismo del botijo", que ha sido uno de los que más ha gustado.

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Amanecía. Arrebujado con otros de su especie sobre un suelo de vegetales tiernos, notó en la espalda un aire fresco que le traía un clamor de naturaleza indómita. La luz crujía anaranjada sobre las piedras de la entrada de la cueva. Al erguirse y ver dormidos al resto del clan, se sintió identificado con ellos. Ya afuera, el primer desperezo le trajo el hambre. Calmaron la necesidad unas bayas ásperas y dulces recolectadas con urgencia en los arbustos de la suave pendiente. Pausados y cautos, el resto de congéneres salían del refugio. Cruzaban miradas, gestos y gruñidos.

Abajo, el río se recostaba en el solaz del valle. En la laguna, reflejos de sol trazaban caminos de agua dulce. Más tarde, tras preparar con toda intención unas piedras afiladas, descendió con la horda hasta el remanso. En la orilla, acuclillado, consciente de su imagen en el agua, sus manos como un cuenco le dieron de beber. El cabrilleo del lago en el medio día solar le indujo a levantar la cabeza hasta el horizonte para mirarlo en su plenitud. La contemplación le provocó una sensación armoniosa de sosiego. El homínido, inconsciente de cualquier rasgo de humanidad, sintió el deseo de contener la belleza. Curioso, miró al cielo. Durante un brevísimo instante la redondez brillante del disco solar multiplicó su sensación placentera. Entonces, una luz cegadora se apoderó de su retina nublándole la vista por algunos segundos. Su espíritu tembló con un temor desconocido.

Muchos, muchísimos miles de años después, el calor solar convertido en viento movía las panémonas mesopotámicas, y las vestales encendían el fuego utilizando copas metálicas cónicas enfocadas al sol. En el siglo V a.d.c. Sócrates hablaba de lo que hoy es uno de los principios del bioclimatismo: la orientación preferente de las edificaciones y su relación con la trayectoria y ángulo de incidencia de los rayos solares. Unos dos siglos después, cuenta la leyenda que un sabio griego llamado Arquímedes ideó un ingenio bélico formado por espejos cóncavos que concentraban los rayos solares y, como un arpón inmaterial e incendiario, los lanzaba contra las naves romanas que asediaban Siracusa incendiándolas. Otros sabios, como Tolomeo o Hiparco, utilizaron los rayos para contribuir al desarrollo de la geometría y a la invención de la trigonometría en las regiones del Nilo. Eratóstenes, en el III a.d.c., curioso y observador, mirando la longitud de las sombras, el ángulo altura solar, y contando estadios entre Alejandría y Siena pronosticó la redondez de la tierra y calculó su diámetro con asombrosa precisión. Tal demostración de inteligencia del director de la biblioteca de Alejandría tuvo lugar dieciocho siglos antes de que Galileo se retractara de una científica, pero irreverente, aseveración: que la tierra era redonda y giraba en torno al sol. Ya en el 1600, la luz cegadora había quemado a Giordano Bruno en una pira romana.

Este fin de semana he visto Ágora, la última película de Amenábar. Una recuperación  cinematográfica del cine grandioso, recuerda a Cecil B. de Mille y a la Guerra de las Galaxias. Sí, puedo hacer alguna crítica, pero no la haré porque me parece débil frente a los grandes mensajes que trasmite. Me alegra que esté siendo vista por millones de personas. La Ciencia frente a las religiones, la necesaria separación iglesia estado, la duda frente a la creencia, la filosofía frente al oscurantismo. Todo representado por la mujer Hipatia.

Una escena me pareció conmovedora. Hipatia persigue el conocimiento, ¿nos engañan los sentidos?, ¿qué y cómo se mueve?, ¿la tierra, el sol, los astros? La elipse lo explica, ella lo descubre y justo un segundo después se pregunta si tal vez no esté equivocada. Eso es la ciencia: el reino de la duda. Mil doscientos años después Kepler le da forma matemática al movimiento de los planetas entorno al sol. La predicción de Hipatia.

Andalucía debería tomarse en serio la única salida viable y autónoma a la crisis energética y climática que vivimos, aumentando el uso de las renovables, la eficiencia energética y promoviendo la investigación técnica y científica en este campo. El fruto de la ciencia de los siglos XVI al XX, desde el horno solar de Lavoisier, hasta la invención del las células fotovoltaicas, las células de combustible, y las aplicaciones de las leyes de la óptica, la termodinámica, la dinámica de fluidos, y del vasto conocimiento químico y bioquímico a los nuevos ingenios solares impedirá una nueva ceguera, mas turbadora y menos momentánea, que la de nuestro ancestral antepasado. El camino recorrido habrá merecido la pena. Hipatia no debe sufrir un nuevo sacrificio.

Descubrimiento, ensayo general y emergencia política

Descubrimiento, ensayo general y emergencia política

La memoria histórica es muy importante. Conocer el pasado, lo que ocurrió, los análisis desde diversas perspectivas, permiten abrir claros de luz. No es fácil inventar, crear, recomponer, abrir nuevos espacios de intervención política. Como ya dije en un post anterior, el pensamiento crítico estaba enquistado en lugares recónditos. Entre tanto la criminalización y desprecio hacia la juventud crecía y crecía.

Me recordaba el otro día Francisco Garrido, al calor de los acontecimientos de 15M, que antes de mayo del 68, en las elecciones presidenciales de 1965, la derecha de orden francesa, liderada por el general de Charles de Gaullle arrolló. He consultado la wikipedia. El general ganó sus últimas elecciones presidenciales en 1965 con un 54% de los votos emitidos, frente al 46% de PSF liderado por Mitterrand.

El conflicto social y por las libertades civiles estalló en mayo del 68. De Goulle, se vio obligado a convocar un referendun sobre las regiones francesas para aumentar su legitimidad en el poder, perdió. Mayo del 68 produjo una catarsis que influyó en la agenda política de los partidos démocráticos de toda Europa.

Aventuro que el 15M es un ensayo general. La generación que ha vivido la etapa especulativa y consumista española, bajo la envoltura brillante de celofán, alejada del interés por la política, está rellenando el vacío antipolítico. Todo el interés de la derecha, del bipartidismo, era desactivar el pensamiento crítico, no hay más que hacer un repaso de la evolución en la programación de las televisiones, particularmente de las públicas, por su relación directa con el poder político, para observar cómo los eslóganes de unos y otros: Andalucía imparable y España va bien, imponían su sentido metafórico paralizante.

La imagen de una juventud de botellona, videoconsola, marcha noctura, y vanalidad sin más, construída por el poder éconómico que controla los mass media, ha reventado en las narices del poder político.

La simpatía despertada en una gran parte de la población de más edad se debe a la memoria de esta población, al reconocimiento explícito de que hay momentos en que la generación que va a asumir su futuro debe tomar la calle. Hasta aquí hemos llegado, vamos a construir nuestra propia agenda de intervención. Otras generaciones lo hiceron antes, esto es lo que quiero recordar, ahí no hay ninguna novedad. Quienes crean que están descubriendo la aspirina se equivocan.

Hasta ahora, las formas de reivindicación, en redes sociales o en la calle, eran de causa. Actuaciones localizadas y temáticas del poder político que chocan con otras perspectivas o intereses provocaban luchas temáticas. Ahora, por contra, se está a la búsqueda de un nuevo marco de interpretación de la realidad y de una nueva respuesta política integral.

La camiseta política que la generación que vota se puso tras las transición está sudada y ajada. Quienes se han asentado en la ignoracia, o no se la cambian, o la cambian por el cambio votando a uno de los dos partidos que ejercen el bipartidismo.

Esto no va a seguir así mucho tiempo. Gobierne quien gobierne se va a enfrentar a una crisis de límites, de escasez de recursos, con una población mundial endiabladamente grande. Se va a enfrentar al déficit presupuestario municipal, al déficit autonómico y estatal. ¿Cómo gestionar esto desde los presupuestos productivistas, capitalistas o comunistas, y de pleno dominio de los mercados? Imposible. El crecimiento infinito es imposible en un planeta finito.

Una nueva genración está descubriendo el poder de la política, del debate, del análisis de los problemas colectivos. El 15M es un ensayo general, se apagará la luz de las escena. La derecha de toda la vida arrasará electoralmente. Entonces, se encontrará de frente con la crisis sistémica: con la crisis ecológica, de límites. La afrontará con más vueltas de tuerca, más privatizaciones, menos enseñanza y sanidad pública, más recortes sociales, menos atención a las desigualdades, recortes salariales, más basura en los contratos, menos respeto por los derechos civiles, menos laicismo, más orden.

Tras el ensayo general del 15M, entre tanto nos aprietan con toda la legitimidad de los votos de su mayoría aplastante, toca construir una agenda política para el futuro, para el momento del estreno de la obra ensayada. El momento de la verdadera emergencia política.

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15M, esperanza contra desencanto

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La ecología política lo advirtió, como tantas otras veces, la crisis actual es de límites. Es una crisis de base ecológica. El sistema capitalista de mercado, entregado al expolio durante décadas, está dispuesto a morir matando. Las políticas ultraliberales nos metieron en una crisis económica, social y ambiental, una crisis de la democracia, por tanto una crisis civilizatoria.

La socialdemocracia en España, con ZP al frente, negó el problema, lo aceptó después a regañadientes, falló en las soluciones, y finalmente se entregó a los mercados, recortó derechos sociales y desequilibró fuertemente la capacidad de negociación entre capital y sociedad. Los sindicatos de clase (sin clase) confundidos y, en cierto modo acomodados, también esperaban que escampara y negociaron a la baja, negociaron y negocian retrocesos.

El proceso de destrucción de la democracia ha caminado imparable amparado por un sistema electoral que impide la manifestación de la diversidad, que no da voz a quienes albergan nuevas perspectivas, nuevas utopías, nuevos horizontes políticos colectivos. El sistema electoral amparado por PP y PSOE, y del que se benefician PNV y CIU, ha desequilibrado la democracia hacia un modelo donde los desequilibrios territoriales también son manifiestos. Andalucía está profundamente herida.

El pensamiento crítico estaba enquistado en lugares recónditos, en los espacios digitales y virtuales, y en los estantes de las librerías. No estaba muerto, esperaba, como siempre, la brecha por la que inundar de nuevo la escena política.

Democracia Real Ya, con su movilización 15M, ha fracturado la desidia. Veo tres enormes virtudes, un riesgo evidente y una preocupación. Pero sobre todo lo que veo es esperanza, veo política en estado puro.

Por una lado el propio nombre, Democracia Real Ya, indica que la democracia se acepta como la mejor de las formas de organización política (no hay vuelta a la barbarie, no hay guiños al populismo), se pide más y mejor democracia, se dice que son las personas las dueñas de su futuro. No es un movimiento antipolítico, como le hubiese gustado a la derechona española.

Por otro, la expresión indignados refleja con absoluta claridad que lo que se está expoliando, tras expoliar el pasado, el presente y el futuro, es el la dignidad de las personas, el derecho a una perspectiva vital autónoma en libertad.

La plaza pública ha sido tomada, en el momento más inoportuno para los partidos de siempre, para la política basura, para el mercado de los engaños. Ahí se abren los debates, se dialoga, se activa el pensamiento crítico. Era absolutamente necesario salir del letargo. La olla se calentaba y parecía que no pasada nada, pero se alcanzó el punto de ebullición y todo ha sido un hervor. Así es como emergen los procesos de cambio en el mundo entero. No hay vanguardias dirigentes organizadas en aparatos de partido, es la ciudadanía la que rompe la tapa de contención de la libertad.

El riesgo evidente es la manipulación a la que ya está siendo sometido el movimiento 15M, la mediática, la de los partidos tradicionales, con un PP que quiere lanzarlo contra el gobierno, mientras, no solo se salva, sino que sus perspectivas electorales nos anuncian más y peor de lo mismo. Entre tanto no faltarán los titulares intimidatorios, la criminalización del alegato democrático. Ahí está en Madrid la Sra. Esperanza Aguirre, o en Valencia el Sr. Camps, subirán en votos y en escaños quienes quieren seguir por la senda ultraliberal poniéndonos a sus pies, quienes son populistas y quienes están en el vórtice de la corrupción política y en el origen de la enfermedad social y democrática. El 22M, la derecha, que ha entendido cómo funciona la democracia, votará a golpe de tambor y fanfarria, y triunfará.

Pero esto ya no va a tener vuelta atrás, del 15M, surgirá una nueva agenda política un nuevo horizonte utópico que piense en lo colectivo, hay ahora, por fin, motivos para la esperanza.

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Los Verdes no nacieron ayer

Los Verdes no nacieron ayer

Como en la película “Los visitantes no nacieron ayer” Los Verdes tampoco. Uno puede rastrear las causas, la historia, y el contexto en que Los Verdes entran por primera vez en el Bundestag alemán en 1984, en el libro de la tesis de Jorge Riecham Los Verdes alemanes: historia y análisis de un experimento ecopacifista a finales del siglo XX, editado en Granada por Comares en 1994.

No es casual que este texto se publicase en Granada en la colección Ecorama, la cual cuenta con otros textos importantes.

En España hacía muy poco que moría el dictador, menos aún de una constitución democrática, y prácticamente nada desde el golpe de estado del 23 de febrero de 1981. No obstante los primeros núcleos políticos verdes nacieron en España, particularmente en Andalucía, y muy particularmente en Granada allá por 1986-87.

Uno puede pensar que la historia de la ecología política en España está llena de fracasos estratégicos, la realidad percibida indica que nunca hubo un partido verde con espacio electoral suficiente para saltar las barreras del 3 y el 5% en elecciones estatales, autonómicas y municipales. Uno puede pensar que eso es fruto de la incapacidad, de los errores y de la falta de unidad del movimiento verde español. Uno puede pensar muchas cosas.

La realidad objetiva, no percibida, no es esa. Lo dice quien escribe, que no estuvo en el origen de la ecología política en España, si no como observador de las primeras pulsiones políticas y como activista.

Una circunstancia trascendente es que, a diferencia de Alemania Federal, donde el Partido Comunista no existía, en España se salía de una transición donde lo principal era construir la democracia, y donde el Partido Comunista jugaba un papel esencial como aglutinante de todo el movimiento obrero por las libertades. No digo con esto que el PCE, y la segunda etapa de IU como marca del PCE, hayan sido causas de la debilidad de la ecología política en España, no. Los Verdes no son, y mucho menos ahora competidores con el voto comunista y postcomunista. Lo que digo es que los centros neurálgicos del debate en España, las posiciones ideológicas, traducidas por la política, por las que la gente decide el voto estaban condicionadas por la proximidad de la lucha antifranquista y el eje derecha/izquierda. A este eje de toma de posición política electoral, hay que añadir el eje nacionalismo español/nacionalismos periféticos, en los territorios del Estado con más conciencia identitaria.

Mientras en Alemania la ecología política contaba ya con una larga trayectoria del ecologismo activo, un suelo fértil para hacer crecer una nueva opción política, desde comienzos de los años 60, en España, el ecologismo activo incipiente era denostado en todos los espacios de intervención política y comunicación pública. Los ecologistas eran entonces gente rara y agorera.

Fruto de esta perspectiva histórica, fruto del particular contexto español, han sido las distintas estrategias adoptadas por Los Verdes en España, la avanzadilla, y no es presuntuoso decirlo, se dio siempre en Andalucía. El resultado más satisfactorio se ha dado en Cataluña.

Los primeros parlamentarios y senadores verdes son fruto del origen de IU, donde se integran la ecología política de un modo más visual que estructural (lo que demuestra que entonces la simpatía era mayor que el músculo real), entre otros partidos de izquierdas de corte socialista y socialdemócrata, también el feminismo cobra importancia en esa original IU.

Este, llamémoslo, experimento solo fraguó en Cataluña, donde la estrategia de alianza con la izquierda de tradición comunista se consolido en ICV (Iniciativa per Catalunya Verds,) fruto de una sociedad más plural, más industrial y más tecnológica. Pero sobre todo, fruto de, lo que podemos llamar gestión de los espacios de representación interna. ICV, supo dar valor a la semilla verde abandonando los modos de gestión del aparato del PSUC y dejando espacios internos y externos de intervención verde, de intervención de la minoría. Así ha llegado a ser ahora la fuerza política reconocida como Verdes por el Partido Verde Europeo en Cataluña.

Esto no ocurrió en Andalucía, lugar donde la citada estrategia es confluyente con la catalana. Las permanentes purgas impulsadas por el PCE, y que han llevado a IU a la situación de zombi político actual, obligó hace ya catorce años a Los Verdes a salir de IU. Es entonces cuando se inician en Andalucía cuatro años de travesía del desierto. El contexto social, los valores de la ecología política, todavía no habían penetrado con fuerza suficiente en la sociedad, no había espacio electoral más allá de un escaso 1% del voto.

La política tiene que tener la virtud del pragmatismo cuando se quiere conseguir que la sociedad avance en una dirección ideológica. Es por esto por lo que se establece una nueva alianza estratégica con la socialdemocracia. Aquí preelectoral, pero no lo olvidemos, también en Alemania, aunque allí, dado el peso de Die Grünen, pudo hacerse de modo postelectoral. Con esa nueva alianza estratégica se consiguen espacios de gestión institucional, y también algunos cambios legislativos de relevancia. La alianza con la socialdemocracia no estaba exenta de riesgos, un todo poderoso PSOE podía devorar con facilidad a Los Verdes.

La educación ambiental, el primer impuesto sobre vertidos, residuos radioactivos, emisiones de CO2 de grandes contaminantes, despegue absoluto de la agricultura ecológica en Andalucía, la ley de voluntades anticipadas, la perspectiva de género en los presupuestos generales de la Junta de Andalucía, son fruto de esta alianza estratégica. Pero, lo más importante, la introducción de todo esto en el nuevo Estatuto de Autonomía para Andalucía, en el que se incluyen perchas que tendrán trascendencia futura como el reconocimiento del principio de precaución, el derecho a la calidad del aire y la salud ambiental, las energías renovables, la agricultura ecológica, los derechos de los animales y el defensor de los animales.

Los Verdes en Andalucía han establecido estrategias pioneras para conseguir objetivos con un escaso espacio electoral fruto de lo que dije al principio de este artículo. Aun tenemos compañeras y compañeros de viaje en otras comunidades autónomas en la primera y segunda fase de lo relatado, les deseamos la mejor de las suertes.

Como principal fruto de este proceso destaco, sin duda, la contribución al cambio de valores de la sociedad. La ecología política ya no solo es vista con simpatía, es algo más, está ascendiendo su sinergia para ganar espacio electoral, lo demuestra la inserción de su color, a veces velada, a veces directa en opciones políticas de todo el espectro. Cuando se la acusa no se la acusa por el fondo, se la acusa por la estrategia. Es que estuvisteis con tal, es que os aliasteis con cual. Me pregunto, ¿Qué hiciste tú entonces por la ecología política? Desde ese entonces al que aludo el ecologismo activo, y sobre todo la Ecología Política, ha ganado mucho territorio visual, mucha simpatía y la percepción generalizada de que algo bueno se esconde tras nuestras propuestas. Es el momento, por tanto, de traducir la simpatía en voto, ahora que el greenwashing está de moda en todas las demás opciones políticas –llamémoslas, que ya es hora, tradicionales–, Somos Ahora.

No ha sido falta de unidad, no ha sido incapacidad de las personas, no ha sido que no haya habido verdes, no ha sido que no se haya hecho política, no ha sido falta de programa y de propuestas, ni siquiera ha sido falta de medios para abordar las campañas electorales, no ha sido nada de eso. Ha sido lisa y llanamente que el electorado no votaba suficientemente a la opción de la ecología política.

En Alemania las expectativas electorales de Die Grünen se aproximan, y pueden superar, las del SPD. No es solo Fukushima, no, antes de Fukushima las encuestas ya auguraban un fuerte ascenso verde.

En Andalucía, no tenemos duda, el proyecto EQUO estatal de la ecología política llega en el momento oportuno, ha tenido que ocurrir todo lo que ha ocurrido, dentro y fuera de Los Verdes, para llegar hasta aquí. Contribuiremos desde la experiencia andaluza a evitar viejos errores. Vivimos un punto de inflexión social.

* Este artículo podía haber sido más largo, consideradlo, por favor, un germen para una reflexión más amplia. Debe su contenido a conversaciones y reflexiones informales con compañeras y compañeros de Los Verdes de Andalucía, y particularmente con Francisco Garrido y Blanca Parrilla.

La fiesta de la primavera, una reflexión

La fiesta de la primavera, una reflexión

Fundamentos. No hay duda que el botellón es fruto de una pulsión lúdica. Quién no esté de acuerdo con esta afirmación y solo vea bulla y orines, habrá perdido la oportunidad de plantear soluciones cívicas, indispensablemente democráticas.

El juego, ya lo dijo Johan Huizinga en «Homo ludens», no es una exclusiva humana, juegan los animales, más cuanto más jóvenes. Como planteó el historiador holandés jugar estuvo en el origen de la cultura. El juego establece reglas y límites distintos de los que impone la vida ordinaria. El principal anhelo humano es la diversión. Di-versión significa la otra versión de la vida, asequible solo transgrediendo lo cotidiano, ilusionándose para olvidar la dura realidad. Porque, bien mirado, la búsqueda del alimento, del cobijo o del sexo es pura animalidad que, afortunadamente, hemos logrado investir de humanidad; y, de otro lado, la dedicación diaria al estudio, al indispensable trabajo o a la acumulación consumista es una autoimposición reflejo del canon social.

Divertirse festivamente es una actividad a la que la juventud es especialmente propensa y para la que está particularmente dotada. Además, Granada, por su potente universidad, dispone de una entrenada cantera para hacer germinar la semilla de la fiesta allá donde una sola gota la estimule. Tachar a la juventud que se divierte en la botellona de antisocial es echarlos a la cuneta de la vida organizada que queremos para ellos y ellas. No debemos olvidar que son nuestros hijos e hijas. Insisto, de todos, ¿o es que los veinticinco mil participantes en la fiesta de la primavera no tienen padres ni madres? Piensen lectores que su hijo o hija podrá estar en los botellones de la fiesta de la primavera, de la fiesta del Día de la Cruz o de cualquier otro que se organiza más o menos espontáneamente.

Referentes. Las concentraciones masivas para divertirse, donde el alcohol corre a raudales, no son ninguna novedad. La romería del Rocío inventó el rebujito, no se qué fina coctelería nos regalará en el futuro la de la Virgen de la Cabeza; ambas en contextos campestres. Las grandes fiestas de Andalucía, particularmente las ferias de Sevilla, de Jerez de la Frontera y de Málaga son concentraciones masivas, que duran días enteros, donde el alcohol es la sustancia psicotrópica más usada. En Granada el Día de la Cruz de Mayo siempre ha sido condimentado con la alegría narcótica de la música y la bebida, además de la sana consumición del bacalao y las habas. Fuera de Andalucía tendríamos muchos referentes pero creo que las fiestas de Pamplona, los Sanfermines, son una concentración paradigmática con atractivo internacional; magna botellona callejera que dura desde el chupinazo hasta el «pobre de mí».

Coadyuvantes. Introduzcamos ahora en el análisis algunas claves novedosas que hace tan solo unos años no se daban y que son producto de sociedades muy urbanizadas y tecnificadas. En un radio de setenta kilómetros desde el centro de Granada capital hay una población superior a los seiscientos cincuenta mil habitantes, muchos de ellos jóvenes con posibilidades de moverse más fácilmente que antes. El efecto llamada de la oferta de trasgresión lúdica alcanza a todo el área metropolitana, a los pueblos y provincias cercanas, y a las lejanas bien comunicadas, o con días festivos coincidentes, como Valencia. La mensajería móvil, el twiter y demás redes sociales, son herramientas de convocatoria potentísima que ellos y ellas usan como nadie; todo el mundo sabe donde está todo el mundo. El referente es la masa. El clima primaveral se ha dulcificado en el sur, pasar la noche en la calle es más apetecible sin frío y sin lluvia.

Contexto. Ante la fuerte demanda de diversión, la oferta lúdica juvenil es escasa, cara y, en muchos casos, hipócrita al no reconocer sus verdaderos gustos. Añadiendo a esto la mercantilización de todo lo festivo comprenderemos que los jóvenes tengan que montarse alternativas por su cuenta, huyendo de las tradiciones que les imponen quienes ostentan el poder político, económico, laboral, educativo o familiar. Mercantilismo, consumismo son abonos del individualismo, muchos ejemplos diarios de incivismo provienen precisamente de quienes debían ser referentes de comportamiento. Por consiguiente, los ingredientes están servidos. La Fiesta de la Primavera, olvidada por las instituciones que la propusieron, surge imparable y desordenada a iniciativa popular de los chavales y chavalas que esperan las vacaciones de Semana Santa. Después, el Día de la Cruz se convierte en una fiesta incontrolable, agresiva con la ciudad y sus habitantes. Preludio la primera de la apoteosis de borracheras y vomitonas de la segunda. La busqueda de la diversión juvenil se usa por los poderes para criminalizar a la juventud. Total: un sin sentido. Fácilmente esta situación intolerable hace que los políticos eludan la responsabilidad, que la tienen; y las voces populares reclamen prohibición y mano dura, con la razón de la superficialidad.

Carencias. La botellona es una excusa para el contacto y la diversión, tiene sus normas internas y su proceso, un ritual que debe conducir al contacto amistoso y la diversión. Si las instituciones que tienen los medios para intervenir no reconocen su orden interno, negando la mayor, no encontrarán la manera educada de actuar. Para que una fiesta sea, como tal, cultura ha de discurrir por cauces organizados y civilizados, ha de nacer con un sentido colectivo. Es aquí donde la botellona falla. Supone una gran concentración de grupúsculos que las más de las veces se relacionan entre ellos y las menos, aunque notorias, entran en el enfrentamiento abonado por la carga etílica. No hay un hilo conductor fuera de cada grupo, algo que indique, module y encauce hacia un objetivo de nivel superior. Las fiestas religiosas, como las romerías, procesiones o cultos comunitarios tienen el sentido del contacto con lo trascendente y la divinidad al que va dirigido todo el orden que impone su liturgia. Las fiestas laicas, como las ferias, los grandes partidos de fútbol u otras manifestaciones deportivas, los macroconciertos de música están, de igual modo, reglamentadas y dotadas de sentido. Bien sea éste disfrutar con el triunfo de nuestro equipo, con los amigos fuera de la rigidez habitual, la liberación mediante el baile y la audición del grupo de rock preferido, o favorecer los intercambios económicos.

Todo ritual social establece una procedimiento a la búsqueda de un sentido. Justamente es la ausencia de referentes externos lo que lleva del desorden, al sin sentido. Lo que le falta al día de la Cruz y al día de la primavera es, de un lado, nuevos referentes comunes que le den sentido y, de otro, una organización que sirva de dique de contención a la algarabía desenfrenada. Referentes que no pueden ser impuestos por los adultos bienpensantes, han de ser juveniles.

Reorientar. El botellón es una explosión pagana abandonada a su suerte por quienes tienen el deber de organizar y reglamentar. Es necesario reconducir la pulsión lúdica sin hipocresías, si ha de haber alcohol que lo halla. Las cruces eran cosa de vecinos. Expulsados y ausentes los jóvenes de la vecindad -en los barrios tradicionales ya casi no hay población joven-, se montan su tinglado al margen. Es necesario replantearse la fiesta en profundidad. Reconducir significa establecer un nuevo camino dentro de otros límites, no significa taponar, si no encauzar. Urge, pues el río puede desbordarse hasta la catástrofe. Y, desde luego, utilizar medidas represivas, coercitivas y policiales hablarían de nuestra incapacidad de interpretación, de nuestra incomunicación con los jóvenes y de nuestra impotencia.

Las obras de encauzamiento han de poseer la belleza de lo sutil y la aparente sencillez de lo complejo. 

Ordenar y ritualizar. En Granada las autoridades se han limitado a imponer restricciones incumplibles, en tanto han abandonado la potenciación de su ordenamiento ritual con  la participación de toda la ciudadanía. Eliminar el día de la cruz no impedirá que continúe la juerga descontrolada. Multar por beber en la calle o por mear, de dudosa eficacia contra el trincado in fraganti, requerirá un policía detrás de cada cual. Pero sí hay muchas cosas que se pueden hacer con dinero público, que son muchísimo más baratas que horadar, hormigonar, macizar, enlosar y rotondear la ciudad, endureciéndola y deshumanizándola. Cosas que no se hacen. Ofrezcámosle a los jóvenes sus fiestas organizadas. Establezcamos los recintos que tienen capacidad de acogida para miles de personas. Programemos los días clave, el de la Cruz y el de la Primavera, actuaciones callejeras durante el día en todas y cada una de las plazas de Granada. Al atardecer y por la noche el pop, el rock, el rap, el hip hop y la música en general deben inundar a precios irrisorios el pabellón de deportes, la plaza de toros, y cuantos otros escenarios del área metropolitana estén dispuestos a participar. La diputación y la Junta también tienen mucho que hacer y que decir. Los recintos para espectáculos deportivos están adaptados para acoger multitudes; hoy ¿qué pueblo no dispone de campo de fútbol o de un teatro al aire libre? La desconcentración de la oferta festiva y la contemplación de espectáculos como cauce de diversión y contacto evitará la afluencia indiscriminada al centro de la ciudad y los barrios históricos. Ni prohibir ni limitar la bebida. Pasacalles que inviten a estar y participar. A mirar y contemplar. En los lugares donde se prevean altas concentraciones multiplicar por mil los puntos para echar la basura, las instalaciones sanitarias y los servicios. La percepción de espacios ordenados induce al comportamiento reglado. Y cobrar, cobrar por los envases, para incentivar su devolución en puntos de recogida (plásticos, latas, bolsas.)

¿Acaso creemos que a la juventud más preparada que jamás haya tenido este país le gusta hacer sus necesidades en la calle y tirar las basuras al suelo? Es necesario que la política asuma su responsabilidad, la represión conducirá, sin más, a otro punto débil por el que afluyan las ansias de alegría.

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* Ilustración de Ana Cuellar: "Diversión"

Andalucía Antinuclear

Andalucía Antinuclear

El ecologismo ha concentrado su presión sobre las nucleares en la inseguridad y riesgos de las mismas, pues los efectos de los accidentes son gravísimos, concretamente el que sucedió en la central ucraniana el 26 de abril de 1986 fue devastador, un extenso territorio y cientos de miles de personas sufrieron y sufren las consecuencias. ¿Qué ha pasado en Japón, tras el terremoto del antier? Lo sabremos con más certeza en los próximos días.

La subida continuada del precio del petróleo, motivada por múltiples factores, y por la evidencia de que estamos en un punto de no retorno en cuanto al descubrimiento de nuevas reservas, lleva a los agentes económicos al uso a reabrir el debate nuclear para renuclearizar, y esta vez de forma acelerada, las fuentes de suministro energético. Los defensores de un nuevo boon nuclear afirman que la construcción de nuevas centrales contribuirá a la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Lo cierto es que los problemas derivados de la industria nuclear, a pesar de las grandes sumas de dinero que los presupuestos públicos de los países desarrollados han dedicado, siguen siendo los mismos que hace decenios. El problema de los residuos altamente tóxicos, con vida media de centenares de años, no está solucionado (ni lo estará). Las centrales nucleares siempre se han construido con ayudas públicas, y se han cerrado repercutiendo el coste en la factura de los consumidores de electricidad. La energía nuclear permite una alta centralización en la producción y distribución, por lo que es una herramienta antidemocrática de control político por parte del poder económico.

La idea de que la energía contenida en los núcleos atómicos es prácticamente ilimitada se traduce en la impresión de que disponemos de recursos ilimitados para seguir manteniendo un modelo industrial insostenible en el uso del medio ambiente y de materias primas. Pero esto no es cierto, el combustible nuclear también es agotable.

Por otro lado, y esto se está poniendo de manifiesto con el veto a Irán para que construya centrales nucleares, resulta clara la relación entre programas de desarrollo nuclear y armas nucleares; por no hablar de la inseguridad añadida ante cualquier tipo de conflicto por ser las industrias nucleares potenciales objetivos bélicos o terroristas.

En términos económicos, la consideración de la energía nuclear de fisión como la energía más barata se ha construido sobre una falacia, sobre una operación de ingeniería económica y financiera. Sumando, al costo de construcción, operación, mantenimiento y desmantelamiento de una nuclear, la gestión medianamente segura de los residuos nucleares y la construcción de los almacenamientos geológicos en profundidad –AGP- obligatorios para antes de 2018 (esta idea creo que ha sido ya abandonada por falta de financiación pública). Las cuentas no le salen a nadie. Si incluimos lo que una aseguradora cobraría por garantizar la cobertura de los daños provocados por un accidente nuclear, el balance en contra resulta abrumador y definitivo.

En España no podemos considerar que la energía nuclear contribuya al autoabastecimineto, pues no es generador de energía quién depende tecnológicamente del exterior para el mantenimiento de su producción, o para el enriquecimiento de uranio. La energía nuclear no produce PIB, produce sólo beneficio bancario (¿quienes son los propietarios últimos de las centrales?). El territorio que la acoge es, simplemente, un contenedor de riesgos. En cuanto a su contribución al cumplimiento del protocolo de Kioto cabe decir que el cuarenta por ciento de las emisiones de CO2 se deben al transporte, sector en el que no podría competir la energía nuclear.

Pero el mito nuclear no termina con la fisión. La promoción de la energía nuclear de fusión, proceso que reproduce una reacción similar a la que ocurre en el núcleo del sol, tiene, en términos económicos, un significado similar al expresado para la fisión: elimina el problema del riesgo de la radioactividad y de los residuos radioactivos pero contabilizando los años y las inversiones necesarias para su, aún dudoso, desarrollo comercial, no salen las cuentas. Como ponía de manifiesto en un encuentro de Científicos por el Medio Ambiente el catedrático de termodinámica de la Carlos III, Antonio Ruiz Elvira, han sido necesarios 90.000.000.000 (noventa mil millones) de euros para obtener 0,001 segundos (un milisegundo) de energía neta. Y lo que es peor, una vez conseguida, la tecnología y la producción estarían concentradas en unos pocos grupos financieros que tendrían a los países, poblaciones y gobiernos atrapados con el chantaje de su dependencia.

Energías renovables, eficiencia energética y sostenibilidad son las recetas razonables y racionales que contribuyen al bien común, lo demás son mentiras.

La producción y consumo de energía nuclear transfiere a la sociedad y a la naturaleza fuertes externalidades negativas no contabilizadas en los balances financieros de la industria nuclear. Los riesgos para la salud ciudadana y ambiental, el expolio permanente de capital monetario de carácter público, la concentración de poder económico y la subversión de la democracia política son quebrantos que actúan sobre la capacidad de los pueblos de decidir su futuro libremente.

Por otro lado, y ya refiriéndome a Andalucía, el tráfico marítimo en el Estrecho de Gibraltar de submarinos militares nucleares, de armamento nuclear y de residuos radioactivos, supone un peligro inadmisible para la población y el entorno marítimo-terrestre próximo.

El combustible nuclear es agotable, su tratamiento para ser utilizado en las centrales nucleares aumenta la dependencia externa de nuestro sistema energético. Los residuos de baja, media y alta actividad requieren de inversiones públicas millonarias para su almacenamiento y tratamiento, hipotecando la libertad y calidad de vida de las generaciones futuras.

El cambio climático está provocado por dos vectores interrelacionados, el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero y el aumento permanente del consumo energético. La energía nuclear puede actuar sobre el primero, pero no sobre el segundo. Sin embargo, el cambio en el modelo de generación de energía eléctrica, tanto de procedencia nuclear como de los combustibles fósiles, puede hacerse con inversiones monetarias muy inferiores en energías renovables y en eficiencia energética, las cuales tienen el valor añadido de ser autóctonas y de ser intensivas en la generación de empleo. Las externalidades de las renovables son fuertemente positivas, pues son intensivas en empleo, reducen fuertemente las afecciones sobre el medio ambiente y limitan la concentración de los poderes político y económico.

La energía nuclear es un arma de la economía especulativa, las renovables pueden cimentar la soberanía energética de los territorios políticos y favorecen la economía cooperativa.

Por estos motivos, proponemos esta línea de trabajo político:

1. La declaración institucional de todos los municipios de Andalucía como “Libre de Energía Nuclear.”

2. La firma de un acuerdo entre Marruecos, Reino Unido y España, implicando directamente a Gibraltar y Andalucía para la desnuclearización del Estrecho.

3. El establecimiento de un protocolo informativo de la situación nuclear de las bases militares extranjeras asentadas en el territorio andaluz, Gibraltar, Rota y Morón.

4. La no ampliación del cementerio de residuos nucleares de El Cabril.

5. La aprobación de una Ley de balance y contabilidad energética de Andalucía que establezca un sistema de evaluación permanente de la transición hacia un modelo energético más eficiente y renovable.

Nucleares No, gracias.

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Soy Verde, eres Verde, SOMOS AHORA

Andalucía: los tres expolios.

Andalucía: los tres expolios.

Andalucía ha sufrido y sufre tres formas de extracción de sus recursos endógenos, tres formas de requiso de sus fuentes de valorización material e inmaterial. Dejo para los especialistas la argumentación detallada de cada uno de los expolíos a los que voy a aludir. Aquí mismo, en P36, pueden encontrarse excelentes textos al respecto. No obtante, no entrar al fondo no impedirá, en este caso, que se perciba la certeza de lo que voy a afirmar como ciudadano de a pié. Motiva este breve texto los procesos de fusión, quiebra, intervención y concesión a agentes extraterritoriales de las cajas de ahorros andaluzas.

Andalucía está siendo expoliada, como en épocas pasadas, de capital financiero, de capital humano y de capital ambiental. El poder económico está desactivando en un proceso acelerado nuestro modelo de autogobierno, refrendado en dos estatutos sucesivos, sin que el actual poder político andaluz mueva un solo dedo para evitarlo. Lo grave del asunto es que esto llega en un momento en que la fuerza reivindicativa de nuestra conciencia de pueblo está desactivada, al igual que la fuerza reivindicativa sindical. No incluyo la fuerza reivindicativa ecologista por tener todavía un carácter peculiar: es cada vez más trasversal pero nunca ha supuesto un problema para el orden político dado que nunca ha movilizado por sí sola voto suficiente. Tanto la concienca de pertenencia a Andalucía como la conciencia de clase sí han activado cuerpo electoral suficiente en algunos momentos del periodo post-franquista.

Por expolio de capital ambiental aludo a todo el espacio físico que nos contiene, nuestra parte de la biosfera, territorio, agua, aire y recursos naturales. Las grandes contructoras (también de infraestructuras viarias) y las cadenas hoteleras, cuyos nexos de conexión con la banca no son difíciles de advertir, han sido armas letales que han descapitalizado ambientalmente Andalucía, contribuyendo a una economía de la corrupción y a una extracción de capital monetario que se ha dirigido a los espacios financieros especulativos. El último informe de Greenpeace certifica que en los últimos 15 años se han urbanizado en el litoral 18 héctáreas al día. La superficie de cinco campos de fútbol. No contentos con que esto haya conducido a la catástrofe económica y social que vivimos, el gobierno andaluz se dedica a relajar los pequeños avances en materia legilación urbanística y ambiental para facilitar que el proceso de rapiña siga su curso (como ejemplo la modificación del decreto de campos de golf). No es necesario afirmar que las consecuencias para los recursos hídricos, agrarios, patrimoniales y culturales han sido nefastas.

En segundo lugar, hemos asitido a una continuidad del expolio de capital humano. Este expolio no se refiere ya únicamente a la emigración forzada ahora de una generación de jovenes con formación que siguen sin encontrar empleo en su tierra. Es además un expolio vital, un alto porcentaje de la generación joven que ha vivido sobre el brillo de los últimos años ha abandonado su cualificación profesional, la educación da los índices más altos de fracaso escolar en Andalucía. Ahora un buena parte de la juventud se encuentra sin empleo y sin cualificación en un marco de desactivación total de los derechos laborales, la cuasi exclavitud está a la vuelta de la esquina. De nuevo emigración y pobreza, ¿le suena al lector?

Y por último, el expolio de capital financiero. Y esto es ya gravísimo pues desactiva la posibilidad de un poder político andaluz que intervenga con autoridad sobre nuestra economía para solucionar los expolios antes descritos. Los procesos de fusión para sanear las cuentas de las cajas andaluzas con dinero público, Caja Sur a la cabeza en saldo negativo, están siendo dirigidos por el Banco de España mediante la aplicación de políticas ultraliberales, con el visto bueno y la imposición de las directrices del gobierno de España, actuando el presidente Zapatero y la ministra de economía Elena Salgado como marionetas de la Comisión Europea y el Ecofin, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Me referiré primero a Caja Granada, donde un presidente, antiguo exalcalde socialista de la ciudad, está pilotando el llamado proceso de fusión fría. Caja Granada es otra caja con pérdidas como consecuencia de sus políticas en el sector inmobiliario, en esto no se diferencia de las demás. Para sanearla entra en un proceso de fusión con Caixa Penedés, Caja Murcia y Sa Notra. Los requisitos impuestos por el Banco de España para acceder al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) es que la unión tienen que fijar su domicilio social en Madrid para sus actividades en el mercado mayorista (economía especulativa). El proceso, que cumple la hoja de ruta llamada SIP (Sistema Integrado de Protección, un nuevo eufemismo), aventura la privatización (bancarización), como poco, de buena parte de la actividad de la caja, la pérdida de 300 empleos (con jubilaciones incentivadas), la pérdida de capacidad de intervención sobre la economía social de Granada y Andalucía y la extracción de capital de los ahorradores que irá dirigido a los juegos del mercado financiero.

La quiebra de Caja Sur estaba anunciada desde hace años. Ahora, tras su intervención por el Banco de España y la aportación de dinero público para sanearla se vende al mejor postor político, el PNV, bajo la máscara del BBK (la Caja de Ahorros de Bilbao). Con esta maniobra Zapatero se garantiza la aprobación de los presupuestos para 2011, un respiro en su ambición de mantener el poder, mientras espera a que escampe la crisis. Pero no escampará. De nuevo habrá destrucción de empleo, pérdida de capacidad de intervención económica sobre el territorio cordobés y andaluz y extracción de capital andaluz que irá dirigido fuera de nuestra comunidad. 

De modo que se observa que tras una época de políticas del PSOE en Andalucía que nos ha conducido al desastre económico, social y ambiental, las recetas para aventarla pasan por la destrucción de nuestra capacidad de intervención económica en Andalucía, con lo que será imposible que seamos dueños de nuestro futuro, nuestro autogobierno queda cercenado y seguiremos dependiendo, como antiguamente, de los pactos que se realicen en Madrid con y entre fuerzas políticas de derechas (PNV, CIU y PP). Con todo esto, las estrategias y respuestas del gobierno Griñán y del PSOE andaluz son de una tibieza insultante, lo que demuestra que Andalucía a perdido prácticamente todo su peso político en el Estado y que nuestros diputados son títeres que levantan la mano para votar a las órdenes de un gobernate que ha pasado de no tener rumbo a poner la proa rumbo a la tormenta.

¿Que es lo que creo? Creo que es necesaria una rebelión del gobierno andaluz, más dura si cabe que la que Montilla hace desde Cataluña, creo que es necesaria una insurrección de los diputados andaluces en el Congreso y que digan ¡Basta ya, nos interesa andalucía! Pero no será.

Entropía, productividad y empleo

De nuevo se produce un fuerte aumento del número de personas desempleadas, el sistema continúa con su inercia destructora sin que sirvan de freno las palabritas gubernamentales. Un 20 % en el Estado y un 27,2 % en Andalucía. El drama continúa y continuará por mucho tiempo mientras se piense que la única manera de contener el paro es crecer en términos de cifras macroeconómicas, crecer en PIB que incluye el crecimiento financiero tabulado en las bolsas. Los grandes titulares diarios siguen focalizados sobre las bolsas, los rescates y los mercados financieros. Toda operación bursátil es una operación inconsistente y alejada del mundo real. Muchos análisis se han hecho ya en estas páginas digitales de P36.

El problema es que ya no hay por donde crecer, o, en el mejor de los casos, los espacios de crecimiento en los sectores tradicionalmente empleadores en Andalucia son muy escasos. ¿Puede crecer el modelo turístico andaluz tal y como lo conocemos? ¿Puede reactivarse el sector inmobiliario tal y como lo conocemos? ¿Puede crecer el sector pesquero? ¿Puede crecer la agricultura intensiva? No, no y no. En cualquier otro sector que dependa fuertemente del uso de materias primas o del uso de territorio tampoco se podrá crecer.

Luego el principio de que es necesario crecer al menos al 3% anual para disminuir la tasa de desempleo, aunque fuese cierto, ya no sirve. El poder político actual tiene depositada la confianza en que todo vuelva a las andadas casi por arte de birli birloque dedicándose a mantener la economía en estado comatoso.

Entonces, ¿cual es el camino? Fijémonos en como se sustenta la vida sobre el planeta Tierra. Existen unos organismos fotosintéticos, las plantas, que a partir de energía del sol y de materia de su entorno producen estructuras orgánicas ordenadas. En esas estructuras orgánicas está contenida la plusvalía energética del trabajo químico alimentado por la energía solar. Primer principio de la termodinámica: “La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma.” Los límites de este crecimiento son el espacio físico, la cantidad de nutrientes del entorno y la energía radiante disponible. Durante millones de años la naturaleza de la vida se ha ajustado a los límites materiales cerrando los ciclos químicos, los ciclos de materia. Para no sobrepasar los límites es imprescindible que los seres vivos mueran devolviendo sus constituyentes al entorno para que entren de nuevo en el ciclo vital. La estrategia de la vida para hacer frente a esta tragedia es la reproducción. La necesidad de reproducción de cualquier especie está determinada por la obligación física de extinguirse que tiene cada unos de sus individuos. Todo el metabolismo vivo tiene el objetivo de la reproducción y está alimentado por una única fuente energética externa: el sol.

El proceso natural irreversible de un organismo vivo es un proceso degenerativo. Segundo principio de la termodinámica: “La entropía del universo aumenta.” Para mantener el orden vivo, para mantener su “productividad,” es necesario disminuir la entropía haciendo que ésta aumente en el exterior, de modo que en términos absolutos el balance sea cero. El sol aumenta su entropía, degenerándose lentamente durante millones de años, en tanto que las plantas disminuyen su entropía aprovechando la radiación solar. Tenemos que toda la productividad de los sistemas vivos se obtiene de la energía solar y de la entropía solar. Simplificando, el sol nos aporta la energía y el orden, en tanto en el astro disminuye la energía y aumenta su desorden.

El cambio del modelo productivo que nos lleve a la disminución de la tasa de paro, pasa entonces por aumentar la productividad en términos relativos, disminyendo el uso de los recursos naturales (materia) y aumentando el uso de la fuente externa de energía (el sol). La desmaterialización de la economía permite jugar en los límites del sistema disminuyendo los riesgos de la escasez (que llevan aparejados el incremento del precio de las materias primas). La sustitución total del modelo energético hacia el renovable nos aporta la fuente de productividad necesaria, esta vez desde el exterior del planeta a un plazo de miles de millones de años. Si el sistema económico aumenta la productividad por esta vía, parte de la misma puede dedicarse a la prestación de servicios sociales que favorecen la equidad, la igualdad y la solidaridad, incrementando el empleo en estos sectores sin que suponga un incremento del déficit público.

Sustanciar esta biomimesis pasa por objetivos políticos como el cierre de los ciclos de los residuos, la gestión de la demanda de las necesidades de agua, la reducción de las emisiones de CO2, la trasformación del modelo agrario hacia la agricultura ecológica, el impulso de un nuevo modelo de movilidad en nuestras ciudades y comarcas. Las herramientas son legislativas, las principales: las leyes de presupuestos y de hacienda pública, las leyes fiscales y las leyes de contratos. Solo lo público, ahora más que nunca, puede actuar como motor de cambio. Para ello, el poder real a de ver un poco más allá de sus narices. Conectar nuestra economía al sol es la única fuente de productividad que nos va quedando. Alejados ya bastante de la naturaleza conviene ahora mirarla con atención, es un ejemplo que ha permanecido dinámico algunos millones de años.

Más dura será la caída

por Mario Ortega en Paralelo 36, publicado el 2 de febrero de 2010 (hoy toda la prensa estatal confirma la perspectiva de este artículo).

En la película que da título a este artículo, el jefe de la mafia del boxeo de Chicago contrata al mejor periodista deportivo –Humphrey Bogart– para que elevara a la categoría de héroe a un gigantón sin recursos ni virtudes, los combates iban a ser todos amañados. Cuando el reportero se da cuenta de “la mona” a la que tiene que encumbrar, le dice al jefe que nadie creerá lo que escriba. El mafioso lo tiene tan claro que le responde, “mira chico, tú no te preocupes, a la gente le gusta lo que algunos queremos que le guste”.

Ya son varios los textos que van surgiendo en Paralelo 36 que contribuyen a tomar posiciones claras contra un nuevo y brutal recorte de derechos sociales, el aumento de la edad de jubilación. En lo que sigue se sostiene que el gobierno del Estado está dirigido por gente sin ideología, por burócratas políticos en manos de una tecnocracia financiera a las ordenes de aquellos que condujeron nuestra economía al mas rotundo de los fracasos y a una crisis social sin precedentes democráticos.

Cuando oí la noticia, no me lo podía creer. Aún no lo encajo. Hago un pronóstico: si se consuma el retraso en la edad de jubilación será la causa de que el apoyo electoral al PSOE quede en mínimos históricos. Aun, si finalmente no se consuma el desaguisado, un gran daño ya estará hecho. Una amplia gama de votantes no perdonará.

¿Quién tiene razón? ¿El iluso y honrado periodista o el mafioso? Ambos.

Las reformas del mercado electoral de los gobiernos de González, la devaluación progresiva del estatuto de los trabajadores, tuvieron respuesta sindical contundente, tuvieron huelgas generales. La agresión de entonces tenía un amortiguador electoral, el objetivo era generar empleo juvenil aunque fuera precario. La reforma actual significa justo lo contrario, el gobierno ZP ha tirado la toalla en materia de generación de empleo joven (casi un 40 % de paro en Andalucía) y, con la propuesta de aumentar la edad de jubilación, manda un mensaje desesperanzador: la tasa de paro se mantendrá muy alta en los próximos años, seremos incapaces de aumentar nuestra productividad por la vía de la generación de empleo, dice subliminalmente el gobierno.

En los próximos meses, el equipo ZP va a pasar de estar contra las cuerdas, a estar grogui, las encuestas del CIS lo irán aventurando. No habrá grupo mediático de su entorno que lo resista. Ya pasó en otros países europeos, Francia o Alemania, si un gobierno que se dice progresista (de izquierdas se autodenomina éste) hace políticas duras antiprogresistas provocará un desplazamiento del voto hacia la moneda que no es falsa. Para derecha ya tenemos una, dirá el electorado.

Ocurre además, para mal de trabajadores, que hay miedo en las esferas sindicales. Las altas jerarquías sindicales de UGT y CCOO sabían con anticipación de las intenciones de la ministra de economía, Elena Salgado, y callaban. El ministro de trabajo, Celestino Corbacho, aguantaba las envestidas en el Consejo de Ministros sin ideas alternativas. Dicen que en la ejecutiva federal del PSOE, cuando se trató el tema, ZP guardó un as en la manga hasta el final de las intervenciones. La contrapartida anunciada por Zapatero es una Ley de Participación Sindical para aumentar el peso de los sindicatos en las decisiones. Un verdadero caramelo envenenado que, de aceptarse, acabará con la cada vez más escasa representatividad real de los sindicatos mayoritarios “de clase”, ¿de qué clase me pregunto? Ahora tendrán la oportunidad de demostrarlo. Lo que quiere decir ZP es que la intención del gobierno es financiar la actividad sindical por Ley. Con esto queda todo dicho. Los sindicatos mayoritarios se la juegan si su respuesta es entrar a negociar en el pacto de Toledo. Negociar aquí es perder.

La actuación desesperada del gobierno forma parte de su permanente imprevisibilidad, sin rumbo no hay política, sin política no hay rumbo. Ha estado a verlas venir, y ahora, disparado el déficit, sin ideas innovadoras reales, cae en manos de tecnócratas que aplican soluciones inservibles para sacarnos de la crisis. El aumento del déficit público no ha creado las condiciones para aumentar la productividad de nuestra economía, las obras del plan Ñ han dilapidado millones de euros para nada, o peor. Su política fiscal ha reducido los impuestos a los ricos, recuérdese la desaparición del impuesto sobre el patrimonio y ha aumentado la carga de los impuestos a las clases trabajadoras, IVA e IRPF. Se olvidó lo de las SICAVs. Se ha transferido dinero público para mantener artificialmente los beneficios bancarios, se ha permitido la creación de sociedades para maquillar las cuentas bancarias. El gobierno es incapaz de modificar la Ley Beckam, para que este país no sea paraíso fiscal de futbolistas de elite. El gobierno no afronta una reforma fiscal que solucione los problemas municipales, que introduzca parámetros ecosociales y de género. El gobierno es incapaz de acometer el problema de la minería del carbón, de la industria del automóvil, de las grandes constructoras, de los oligopolios alimentarios, de la energía nuclear, del mundo agrícola, o del cambio climático.

La Ley de Sostenibilidad, para cambiar el rumbo de nuestra economía, es una operación de marketing. Hacía mucho tiempo que no leía un proyecto de ley tan insulso, tan descafeinado, tan de declaración de intenciones, tan mal intencionado, tan irrelevante. Una ley sin ley.

Dado el contexto político actual, la derecha irrumpirá en Andalucía y en el Estado como una apisonadora. Y si el PSOE pierde Andalucía, le espera una larga travesía del desierto, pues habrá perdido el territorio indispensable para gobernar España, y el lugar refugio de sus derrotas. En fin, ellos sabrán lo que hacen, ya tenemos suficientes ejemplos en Europa de derrumbe de los partidos socialdemócratas como consecuencia de practicar políticas económicas liberales. Lo dicho, más dura será la caída.

Hasta que el cuerpo aguante

Hasta que el cuerpo aguante

por Concha Caballero

En la última película de Michael Moore, el cineasta hace acordonar Wall Street con la conocida cinta amarilla policial, como el lugar donde se cometió el crimen de esta terrible crisis económica. No hay delito que se haya cometido más a la vista de la humanidad. Conocemos sus lujosas guaridas, su modus operandi, sus cómplices en los gobiernos mundiales, pero no serán castigados. Ya han olvidado las leves amonestaciones iniciales y vuelven a alzar la vista, altivos y prepotentes.

No habrá ninguna revisión ética del capitalismo, ni refundación que te pintó, sólo más paro, peores salarios y recorte de pensiones. Se retoman las mismas ideas que nos condujeron a la crisis y se defienden con un cinismo universal, totalitario.

La patronal española propone retrasar la edad de jubilación hasta los 69 años. El Gobierno responde con contundencia para -a los pocos días- plantear una medida similar. Sólo dos años, e idéntico criterio, separan las posiciones reaccionarias y ultramontanas de la patronal de las de un Gobierno que afirmó que en ningún caso consentiría recortes sociales. Es fácil entender a la patronal: la seguridad social les trae al pairo, lo que quieren es alimentar los seguros privados y reducir su contribución. En la práctica, ellos son partidarios de jubilar a los trabajadores con 50 años, a costa del Estado, y lo han demostrado de Norte a Sur por toda la geografía hispana.

La Bahía de Cádiz, el entorno industrial de Sevilla, el textil de Málaga y la zona industrial de Linares exhiben las heridas de esta batalla incruenta. Miles de trabajadores de Astilleros, de Delphi, de Gillette, de Intelhorce, de Santana, de Tabacalera han sufrido en sus carnes estas prejubilaciones llamadas voluntarias, pero impuestas a sangre y fuego y escritas con tinta de derrota.

También puede darnos testimonio sobre los efectos de retrasar la jubilación, cualquier persona parada con más de 45 años que sufre el calvario de puertas cerradas y respuestas evasivas por una ley no escrita según la cual a partir de esa edad no tiene entrada en el mercado laboral. Por eso, el Gobierno, antes de apuntarse al carro de los recortes sociales, debería dar a conocer una lista de empresas y actividades dispuestas a contratar o mantener a sus trabajadores hasta los 67 años.

La medida del retraso de la jubilación es toda una declaración de impotencia, de falta de autoridad y de ideas. Es muy fácil imponerse a los más débiles. Lo difícil es hacer cambios que garanticen el sistema social. Lo difícil es aumentar la cotización por la vía de reducir la precarización escandalosa del mercado laboral español y no digamos ya del andaluz. Lo complicado es perseguir el fraude del IVA que en comunidades como Andalucía más bien parece un impuesto voluntario. Lo comprometido es conseguir que la tasa de actividad de las mujeres en el mercado laboral se acerque a los países desarrollados de Europa y aumenten así en varios millones el número de cotizantes. Lo importante es invertir en servicios de proximidad, en conciliación de la vida laboral y en todo aquello que alimente la empleabilidad y la formación del mercado laboral. Lo complicado, finalmente, es hacer aflorar ese 35% de economía sumergida que no cotiza a la Seguridad Social ni a Hacienda y que solucionaría una buena parte de los problemas de recaudación actuales.

Sólo Alemania ha contemplado una medida similar. Sus sueldos y pensiones, según las últimas estadísticas, son justo el doble de los españoles con unos precios similares. En una comunidad como Andalucía, con 700 euros de pensión media y un tercio de personas que no alcanzan las contribuciones necesarias para entrar al sistema, esta reforma solo logrará empobrecernos aún más y aumentar la tentación de guardar el dinero de los impuestos en un calcetín, al parecer mucho más seguro y rentable que la Seguridad Social del futuro.

El macabro vodevil del Copenhague

El macabro vodevil del Copenhague

por José Vidal-Beneyto

A Juan López de Uralde, honor de la sociedad civil

La literatura ha invadido todos los ámbitos de la comunicación, sobre todo de la escrita, y ha impuesto sus valores, sus pautas, sus modos y sus gentes. A la literaturización del pensamiento, hoy ya culminada, ha seguido esta apoteosis literaria de los medios de comunicación, que otorga a los literatos los mayores loores y los mejores espacios y consagra la autocalificación de escritor, que es la que más abunda hoy en los diarios, como signo de demarcación de la excelencia, como razón de pertenencia a la tribu de los elegidos. Los periodistas propiamente dichos quedan reducidos a la condición de curritos, de correveidiles de la noticia, por no hablar de los expertos, sobre todo de los científicos sociales, obstinados mendicantes de un hueco en el que colar sus análisis y reflexiones. Para profundizar esta perspectiva ver: Oskar Negt y Alexander Kluge, Öffentlichkeit und Erfahrung (Suhrkamp, 1972) y Serge Halimi, Les nouveaux chiens de garde (Liber-Raisons d’agir, 1997).

El escritor, en cambio, dispone de todas las oportunidades para que, ignorando el saber acumulado sobre la mayoría de los grandes problemas y cuestiones, se lance a cuerpo limpio a la presentación de sus más banales ocurrencias, eso sí, con la brillantez que le confiere su consabida destreza retórica. Es posible que algún literato nos objete que la casi totalidad del patrimonio de conocimientos sociológicos, políticos, económicos, históricos y psicológicos, en particular los primeros, de que disponemos, se caracterizan por su pretensión cientifista, que en definitiva es mostrenco academicismo, lo que los hace absolutamente irrelevantes (vid Jürgen Ritsert, Inhaltsanalyse und Ideologiekritik, 1972, sobre todo el cap. 4), es decir, inutilizables, para adentrarnos en el conocimiento de la realidad. En lo que quizá no les falte razón, pero frente a ello sólo nos queda el machadiano "hacer camino al andar".

En cualquier caso, si hubiésemos tenido en cuenta las enseñanzas de la geopolítica -el reader de Le Monde Diplomatique, "Geopolítica del caos", 1992, con un sabroso prólogo de Ignacio Ramonet, podía haber sido una excelente introducción- así como el saber sobre los siniestros juegos de poder, no habríamos errado tanto, a propósito de Copenhague, ni en cuanto a nuestras esperanzas, ni en cuanto a sus frustraciones. Pues es bien sabido que las dos armas de poder son la fuerza y la violencia, pero adobadas por la manipulación y la mentira. Respecto de ésta, poco se ha dicho más cabal que las reglas de uso que nos proponía Jonathan Swift en 1712 en su panfleto The Art of Political Lying. Por lo que se refiere a la fuerza, el Prof. W. J. M. Mackenzie nos ofrece en Power, Violence, Decision (Penguin, 1975), uno de los más agudos análisis sobre la violencia en los procesos de decisión. Si lo hubiéramos tenido en cuenta no habríamos esperado nada de ese folclórico contubernio de casi 200 jefes de Estado pugnando por ver quién se apuntaba más tantos, diciéndola más gorda.

Hace 17 años que en la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, nos comprometimos a reducir los gases de efecto invernadero, responsable principal del aumento de la temperatura en la Tierra. Pero las cosas, con la sola excepción del Protocolo de Kioto, han ido a peor. Por cierto, que se necesitaron cinco años para superar la oposición de los Estados Unidos, el mayor contaminador del mundo, que, empujado por su presidente Bush, se opuso ferozmente a su entrada en vigor. Dado que el primer periodo del Protocolo terminaba en el 2012, se esperaba y se quiso que Copenhague sirviera para darle continuidad y para incorporar a los países emergentes de mayor capacidad contaminadora, en especial China, que es hoy, después de EE UU, el principal productor de gases contaminantes. Pero, una vez más, esta prometedora esperanza se ha quedado en pura exultación retórica, y después del fracaso total de la última Cumbre, en 2011 habremos superado los 550 ppm, con lo que el aumento de la temperatura media del planeta será ineluctable. Muchos esperábamos que Copenhague, dada la extraordinaria importancia de la apuesta, produjera un compromiso de reducción de las emisiones y fijara las medidas para lograrlo. Pero Estados Unidos, dominado por consideraciones políticas internas, por motivaciones económicas a corto plazo y por penosas ambiciones de poder global, de las que su rivalidad actual con China es sólo una significativa muestra, ha decidido que no fuese así. Su penosa espantada después de haber anunciado una victoria pírrica antes de que concluyera la Cumbre, ha sido una de las más lamentables en este tipo de reuniones y oscurece la brillante ejecutoria de Obama en la política mundial. Ahora sólo le queda la inevitable remisión a lo que determine el Senado de los Estados Unidos, cuya decisión, después de haber mirado hacia otro lado durante 15 años cuando se ha tratado de ratificar la Convención del Cambio Climático, no puede ser más inquietante. Ni más humillante para los 191 Estados de Copenhague, sometidos al humor de los congresistas norteamericanos y a los cálculos políticos de dicho país.

Con todo, lo más repugnante son las "generosidades" de la Cumbre al ofrecer 10.000 millones de dólares, como ayuda total y, por una vez, para resolver el problema del calentamiento, frente a los 3.000 millones diarios en gastos de defensa y los 820.000 millones de rescue que Norteamérica destina cada año para rescatar la deuda bancaria. Por no hablar del ignominioso tratamiento que Copenhague reservó a la sociedad civil mundial, al acreditar en un primer momento a 46.000 personas, que se redujeron después a 21.000, de las cuales sólo se permitió que apenas 300 entrasen en la Conferencia. Ni los entusiastas militantes de base, ni siquiera los líderes de las grandes organizaciones ecologistas -Greenpeace, WWF International, Amigos de la Tierra, Intermón Oxfam, etc.- pudieron acceder al Bella Center. Todos, acreditados o no, a la calle, a sufrir nieve, lluvia y frío y, sobre todo, "a no perturbar". De lo contrario, atenerse a las consecuencias. Juan López de Uralde, presidente de Greenpeace-España, y que es hoy emblema de nuestra dignidad, a quien se dedica este artículo, sigue encerrado en su prisión de Copenhague, desde el inicio del conclave. Las autoridades danesas, incluyendo su Familia Real, han considerado extraordinariamente peligrosa el arma de que se sirvió para llamar la atención de los jefes de Estado: una pancarta, desplegada sobre la alfombra roja del salón en que estaban reunidos, en la que se podía leer: "Los políticos hablan, los líderes actúan". No hacía falta más para que se considerase a quien la exhibía como un peligroso perturbador, un terrorista.

Y ahora, comprobada la desidia y la impotencia de los Estados, la venalidad de los políticos y la incapacidad de sus partidos, nuestra única fuerza son los militantes de la sociedad civil. En ellos hemos de apoyarnos, pues para construir un poder mundial en el marco de Naciones Unidas o en otro contexto menos adulterado -ver a este propósito Jean-Claude Guillebaud, La refondation du monde- y dotarlo de un marco jurídico-judicial que, en línea con los trabajos de Mireille Delmas Marty -Trois Défis pour un Droit Mondial (Seuil, 1998) y Vers un Droit Commun de l’Humanité (Textuel, 1996)- lo provea de legitimidad y le confiera vigencia indiscutida con capacidad de obligar. Objetivo de difícil logro, quizás utópico, pero siempre las cosas más importantes han sido del orden de las utopías necesarias.

José Vidal-Beneyto es director del Colegio Miguel Servet de París y presidente de la Fundación Amela.

REVISTA PARALELO 36 Nº 5

REVISTA PARALELO 36 Nº 5

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Por una Nueva Cultura Fiscal II

Por una Nueva Cultura Fiscal II

Está en juego la civilización. En el contexto de crisis sistémica del modelo económico insostenible, ineficiente, depredador, injusto e insolidario la fiscalidad ecológica y social se presenta como una propuesta imprescindible para frenar la crisis de civilizatoria, para avanzar hacia la igualdad. Hablamos de sostenibilidad dura, no de componendas, hablamos de transformar la economía en otra economía. Hablamos de tocar las narices al capital.

La idea fiscalidad ecológica y social nace con carácter positivista, es una propuesta verdaderamente de izquierdas, dice: hay que cambiar las leyes a fondo para ir a la raíz del problema. No se plantea en el sentido de Robin Hood, no se trata simplemente de quitarle al rico para dárselo a los pobres, actúa sobre la función de la propiedad, no sobre la propiedad misma. Lo que es tuyo es tuyo, diríamos, pero lo que haces o dejas de hacer con lo tuyo afecta a la sociedad, si la afección es positiva, crea bienestar social serás favorecido, si la afección es negativa, crea malestar, serás gravado.

Si hoy el modelo capitalista ha producido desequilibrios y fracturas sociales gravísimas, ha expoliado recursos no renovables, ha convertido territorios y culturas en parajes colonizados por el capital y sus agentes (Andalucía es un ejemplo paradigmático en el marco español), ha encontrado formas sutiles de dominación de la mujer, y ha engrosado la pobreza y el capital al mismo tiempo, no hay mas remedio que hacerle frente.

Definamos los objetivos esenciales de una Nueva Cultura Fiscal:

  1. Dotar a las personas de una Renta Básica digna.
  2. Elevar la calidad y cantidad de los servicios sanitarios, educativos, sociales y culturales que la ciudadanía recibe de las administraciones públicas.
  3. Conseguir la igualdad de género en el ámbito productivo.
  4. Hacer decrecer el uso de recursos materiales y territorio.
  5. Conseguir 0 emisiones y 0 residuos.
  6. Limitar la colonización de territorios por parte de empresas globalizadas.

El primero de los objetivos trata de evitar la pobreza y dotar a las personas de capacidad de negociación frente a condiciones e imposiciones laborales indignas. Se trata de poder decir no a la explotación laboral.

El segundo trata de reforzar la función del estado como garante del acceso a servicios esenciales, son los derechos constitucionales colectivos.

El tercero debe actuar dentro del sistema económico para favorecer el empleo y la igualdad de salarios de hombres y mujeres.

El cuarto busca la eficiencia y el incremento de la productividad reduciendo los insumos. Se trata de desmaterializar la economía.

El quinto apuesta por cerrar los ciclos de producción, al igual que la naturaleza lo hace en sus procesos metabólicos.

El sexto busca limitar el expolio de unas regiones sobre otras y del capital sobre el territorio y sus habitantes.

Fijados los objetivos podemos hablar de los principios de actuación en el marco de una nueva cultura fiscal:

-       Principio de finalidad: Relacionar el ingreso con los gastos. Toda recaudación proveniente de un impuesto o tasa ha de tener carácter finalista. Debe conocerse anticipadamente donde y para qué va dirigido y sirve lo recaudado.

-       Principio de progresividad: La proporcionalidad del gravamen o la desgravación debe estar relacionada con el tamaño de los ingresos o beneficios individuales o societarios.

-       Principio de externalidad: La generación de emisiones y residuos ha de ser gravada proporcionalmente a la cantidad y tipo de materia excretada.

-       Principio de igualdad de género: El diferencial de salarios hombre-mujer y el diferencial de empleos hombre-mujer en una empresa ha de ser tasado y relacionado con las imposiciones o las desgravaciones fiscales.

-       Principio de justicia retributiva: El salario medio ponderado en una empresa ha de ser un indicador de justicia retributiva a relacionar con la carga impositiva o los incentivos fiscales.

-       Principio de eficiencia productiva: Los balances de materia y energía en el ciclo completo de un producto han de ser tenidos en cuenta fiscalmente.

-       Principio de servicios ambientales: Las actividades que generen externalidades ambientales positivas han de ser retribuidas fiscalmente.

-       Principio de uso del capital inmobiliario: El capital inmobiliario incrementará su carga impositiva cuando no esté puesto al servicio de las necesidades sociales.

-       Principio de equidad territorial: Las empresas e individuos deben declarar sus beneficios en todos los territorios donde radique al menos una parte de su actividad, sea producción, transformación, o comercialización, independientemente de la ubicación del domicilio societario.

Obsérvese que cada uno de estos principios puede derivar en un nuevo indicador fiscal y económico, tanto a escala empresarial como a escala macroeconómica.

Desde este punto de vista una Ley de Economía Sostenible resultará una declaración de intenciones, aunque asigne inversiones a sectores como el de las renovables o la movilidad sostenible, y se quedará en la superficie de los problemas sociales y económicos. Las comunidades autónomas y el Estado disponen de tres instrumentos legislativos esenciales para intervenir en los flujos económicos, la Ley de Hacienda Pública, la Ley de Presupuestos y la legislación de Contratos Públicos. Es sobre esos tres marcos legislativos sobre los que una Nueva Cultura Fiscal pide intervenir.

Otros asuntos quedan pendientes, tienen que ver con la opacidad de las sociedades, la responsabilidad jurídica de los individuos societarios, la trasparencia en el movimiento de capitales a nivel global o los paraísos fiscales. Cuestiones en las que la Unión Europea tendría mucho que decir.

Continúa de: Por una Nueva Cultura Fiscal I

LIDERAZGOS

LIDERAZGOS

Por Concha Caballero en PARALELO 36

Suele decir Amelia Valcárcel que a ellos “les pone” el poder. O sea, que hay una conexión invisible, pero real, entre la ostentación de poder y los atributos sexuales masculinos. Al parecer, los hombres viven con verdadera fruición ese momento en que pueden usar su autoridad de forma indiscutida, aunque sea injusta o arbitraria.
Discutir, por tanto, el poder de algún político es mucho más que poner en cuestión su capacidad de acción o lo atinado de sus decisiones. Negarles la autoridad es casi una forma de privarlos de su masculinidad y su esencia.

No hay nada que “ponga más” a los políticos actuales que la palabra liderazgo. En sus títulos oficiales ostentan el nombre de secretarios generales o presidentes, pero el término con el que realmente desean ser denominados es como líderes. El liderazgo implica, no sólo un nombramiento formal, sino un reconocimiento entre el colectivo al que representan, un estatus superior de discernimiento, una imbatibilidad en las propuestas, un halo similar al que en la santidad orla la cabeza de los elegidos. Ser líder, además, comporta ser único, reconocible y esencial. Los puestos directivos pueden compartirse pero el liderazgo necesita ser absoluto, reconocible y único.

Manuel Chaves conocía perfectamente esta debilidad de los políticos andaluces y convocaba, con cierta regularidad, cumbres de líderes de las que nunca se obtuvieron ningún tipo de resultados pero que tenían un alto valor simbólico, ya que los jefes de las tribus andaluzas -todos masculinos y únicos- reconocían mutuamente su autoridad y liderazgo. El nuevo presidente de la Junta no ha descubierto todavía estos ritos de reconocimiento y ha abierto interrogantes sobre su propio liderazgo, sin darse cuenta de que en política la bicefalia es equivalente a una peligrosa enfermedad.

Sin embargo, este debate sobre el liderazgo no es privativo de la política andaluza. En medio de la mayor crisis económica de la historia de la democracia y de los mayores casos de corrupción conocidos, el debate sobre el liderazgo está sirviendo de cortina de humo para evitar debates profundos y medidas eficaces. En vez de aportar soluciones, propuestas y medidas, las energías se consumen en determinar la falta de liderazgo de Zapatero frente a la crisis o la de Rajoy frente a la corrupción.

Es posible que la emergencia de estos debates tan superficiales sólo respondan a la atonía social, a la inmensa decepción que la política está causando en la mayor parte de la ciudadanía. En suma, a la desesperanza.

Dicen los estudiosos del tema que para construir nuevos liderazgos es necesario ver los espacios vacíos, las demandas sociales, los huecos. También advierten que cuando estos espacios son muy amplios se produce el caldo de cultivo del que pueden surgir liderazgos autoritarios, sectarios y antidemocráticos. Por eso urge ocupar la silla vacía de tantos deseos incumplidos: el liderazgo de la honradez política e intelectual, el liderazgo del desarrollo sostenible, el liderazgo de la esperanza en el futuro, el liderazgo del compromiso social…

Pero nuestros políticos actuales no quieren ver nuevos caminos. Todas las semanas, a la misma hora -como si se tratase de un rito ancestral- se enfundan el traje de batalla y se enzarzan en los Parlamentos en una predecible batalla de viejos gladiadores que ya han olvidado cuál fue el origen de la contienda.

Artículo publicado en El País Andalucía

SOLCHAGA Y LA IMPOTENCIA DE LA IZQUIERDA

SOLCHAGA Y LA IMPOTENCIA DE LA IZQUIERDA

por Francisco Garrido en PARALELO 36

Decía  Zizeck en una reciente entrevista en Democracy Now: ”a veces tengo la extraña idea paranoica de que tal vez esta crisis haya sido fabricada para que la gente viera que aún con crisis, la izquierda no tiene realmente una respuesta global”. Y viendo las cosas que dice y hace la izquierda oficial  española,  es  como para tener dudas  sobre esa explicación paranoica de la crisis que nos sugiere Zizeck.  Vean sino lo que acaba de  declarar uno de los intelectuales orgánicos de la socialdemocracia española, el pequeño navarrico,  o sea Solchaga : “a cobertura de la situación de desempleo es  ”muy generosa”, ya que la ciudadanía se toma como si fuera una “beca” que “espera agotar antes de buscar otro trabajo”.

Esto significa que  en la España actual hay trabajo pero no trabajadores y que los millones de personas que no cobran nada o muy poco están esperando agotar la ayuda para buscar trabajo. De ser cierto lo que afirma Solchaga  el  1.118.300, de hogares  (9 de cada 100 en España y 13 en Andalucía)  que según el INE ya no  reciben ninguna renta del trabajo, están tranquilamente  esperando  que se les acabe el paro para ponerse a buscar trabajo. Ignora también el navarrico que más del 84 %  de los parados españoles no reciben ni orientación ni formación durante  el desempleo.  Para Solchaga tampoco quieren buscar empleo los 836.529 desempleados clasificados por el SPEE como de alta ocupabilidad. Y qué decir del más de millón y medo de parados que no cobran nada: ¿tampoco estos buscan trabajo? ¿Hay alguna tasa mayor de demanda o de  empleo entre los que no cobran con respecto a los que cobran? Claramente no, pues aquellos que no cobran desempleo están situados mayoritariamente  en la escala del SPEE como de  baja ocupabilidad  ( la mayoría de los parados están claisificados como  de media ocupabilidad).

 Este eminente economista ya dijo en su momento que  había  que  eliminar la legislación  y la planificación  pública sobre el suelo y  entregar al  mercado   la regulación urbanística, casi lo cumple. Pues este    ex ministro  socialista vuelve a la carga con los pisos y la reforma del mercado  laboral, La salida de la crisis consiste para él, en más de lo mismo; ladrillo  , perdida de derechos laborales, y cargar los costes sobre  las rentas del trabajo. Así ha declarado : “liberalizar los sistemas de alquileres ,reequilibrando una legislación que está a favor del inquilino, y una reforma laboral. Reitera que ésta es “inevitable”, y sugiere “redistribuir” el coste del despido, de manera que “los que no tienen ningún día por tiempo trabajado, tengan ocho o diez, y los que tienen 45 tengan alguno”. Marx decía que no había que distribuir la pobreza sino la riqueza pues  este  dice lo contrario, lo que  hay que distribuir es la prestación por desempleo. El “ricachón” que cobra 45 días que comparte la prestación   con  el  pobre que no cobra. Nada de impuestos, ni de control  de lo sueldos de los ejecutivos o  del inmenso fraude fiscal , nada.  Esto es lo que podemos llamar “transferencia de rentas interdesempleados”

 Según se desprende de las propuestas de Solchaga, España es un  paraíso de las prestaciones  y gastos sociales. Un lugar donde la gente no busca trabajo por que vive tan bien a costa del gasto social ¿Es esto cierto?.España dedica sólo un 38% de su PIB al gasto social , muy  por debajo de países con tasa de paro muy inferior como  Dinamarca ( 50%), Italia, ¡con Berlusconi¡ (48%), Francia , ¡con Sarkozy¡ (52%), Portugal (45%, Reino Unido (44%)  y hasta Grecia y Chipre ( 43%) están por encima de España. En el Estado español sólo el 10% de los niños y niñas tiene acceso a la escuela infantil. en Suecia el 58%.Según las cifras de Eurostat (la agencia de datos de la Unión Europea), España es el país más desigual de la Unión Europea. El Coeficiente Gini (que mide el grado de desigualdad de un país) es el más alto de la UE y la distancia en el nivel de renta entre el 20% de la población de renta superio y el 20% de la población de renta inferior (la mayoría de clase trabajadora no cualificada) es la más elevada de la UE. España tiene la carga fiscal más baja de la UE ( 36% del PIB) cuando el promedio de la UE es del  46% del PIB. El 20 % que más gana en España  tiene la  suerte de vivir en el  país del UE que menos gravan fiscalmente  las rentas altas.

Al final va a tener razón Zizeck y tendremos que abandonar las explicaciones  ecológicas  y sociales de la crisis y aceptar que  esta  es solo  un macabro juego de los poderosos para demostrar que no hay alternativas a su dominación. Si la izquierda dice cosas como las que dice  Solchaga, para que necesitamos a la derecha. ¡Apaga y vámonos!  Solchaga pertenece a la larga saga de economistas discípulos de Quintana y Rojo, gentes que se auto arrogan  ser los “autores intelectuales”  del “milagro económico español” (lean al histérico de Velarde y lo comprobaran). En ese milagro no tuvieron  nada que ver los  millones de emigrantes  españoles a Europa , ni  los millones de turistas de Europa que vinieron a España. Ellos  desde el Banco de España (servicio de estudios, claro está) y desde  la Facultad de Económicas fueron los responsables. Pues que respondan ahora también. Que los Boyer , Solchaga, hagan,  como  recuerda  Vicente Navarro, lo  que hizo Greespan, y   que pidan  perdón.  Y si no, que se callen y  no jodan más con sus criminales  y estúpidas patrañas.

REVISTA DIGITAL P36 - 1ª octubre

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ÁGORA EN ANDALUCÍA

ÁGORA EN ANDALUCÍA

Amanecía. Arrebujado con otros de su especie sobre un suelo de vegetales tiernos, notó en la espalda un aire fresco que le traía un clamor de naturaleza indómita. La luz crujía anaranjada sobre las piedras de la entrada de la cueva. Al erguirse y ver dormidos al resto del clan, se sintió identificado con ellos. Ya afuera, el primer desperezo le trajo el hambre. Calmaron la necesidad unas bayas ásperas y dulces recolectadas con urgencia en los arbustos de la suave pendiente. Pausados y cautos, el resto de congéneres salían del refugio. Cruzaban miradas, gestos y gruñidos.

Abajo, el río se recostaba en el solaz del valle. En la laguna, reflejos de sol trazaban caminos de agua dulce. Más tarde, tras preparar con toda intención unas piedras afiladas, descendió con la horda hasta el remanso. En la orilla, acuclillado, consciente de su imagen en el agua, sus manos como un cuenco le dieron de beber. El cabrilleo del lago en el medio día solar le indujo a levantar la cabeza hasta el horizonte para mirarlo en su plenitud. La contemplación le provocó una sensación armoniosa de sosiego. El homínido, inconsciente de cualquier rasgo de humanidad, sintió el deseo de contener la belleza. Curioso, miró al cielo. Durante un brevísimo instante la redondez brillante del disco solar multiplicó su sensación placentera. Entonces, una luz cegadora se apoderó de su retina nublándole la vista por algunos segundos. Su espíritu tembló con un temor desconocido.

Muchos, muchísimos miles de años después, el calor solar convertido en viento movía las panémonas mesopotámicas, y las vestales encendían el fuego utilizando copas metálicas cónicas enfocadas al sol. En el siglo V a.d.c. Sócrates hablaba de lo que hoy es uno de los principios del bioclimatismo: la orientación preferente de las edificaciones y su relación con la trayectoria y ángulo de incidencia de los rayos solares. Unos dos siglos después, cuenta la leyenda que un sabio griego llamado Arquímedes ideó un ingenio bélico formado por espejos cóncavos que concentraban los rayos solares y, como un arpón inmaterial e incendiario, los lanzaba contra las naves romanas que asediaban Siracusa incendiándolas. Otros sabios, como Tolomeo o Hiparco, utilizaron los rayos para contribuir al desarrollo de la geometría y a la invención de la trigonometría en las regiones del Nilo. Eratóstenes, en el III a.d.c., curioso y observador, mirando la longitud de las sombras, el ángulo altura solar, y contando estadios entre Alejandría y Siena pronosticó la redondez de la tierra y calculó su diámetro con asombrosa precisión. Tal demostración de inteligencia del director de la biblioteca de Alejandría tuvo lugar dieciocho siglos antes de que Galileo se retractara de una científica, pero irreverente, aseveración: que la tierra era redonda y giraba en torno al sol. Ya en el 1600, la luz cegadora había quemado a Giordano Bruno en una pira romana.

Este fin de semana he visto Ágora, la última película de Amenábar. Una recuperación  cinematográfica del cine grandioso, recuerda a Cecil B. de Mille y a la Guerra de las Galaxias. Sí, puedo hacer alguna crítica, pero no la haré porque me parece débil frente a los grandes mensajes que trasmite. Me alegra que esté siendo vista por millones de personas. La Ciencia frente a las religiones, la necesaria separación iglesia estado, la duda frente a la creencia, la filosofía frente al oscurantismo. Todo representado por la mujer Hipatia.

Una escena me pareció conmovedora. Hipatia persigue el conocimiento, ¿nos engañan los sentidos?, ¿qué y cómo se mueve, la tierra, el sol, los astros? La elipse lo explica, ella lo descubre y justo un segundo después se pregunta si tal vez no esté equivocada. Eso es la ciencia: el reino de la duda. Mil doscientos años después Kepler le da forma matemática al movimiento de los planetas entorno al sol. La predicción de Hipatia.

Andalucía debería tomarse en serio la única salida viable y autónoma a la crisis energética y climática que vivimos, aumentando el uso de las renovables, la eficiencia energética y promoviendo la investigación técnica y científica en este campo. El fruto de la ciencia de los siglos XVI al XX, desde el horno solar de Lavoisier, hasta la invención del las células fotovoltaicas, las células de combustible, y las aplicaciones de las leyes de la óptica, la termodinámica, la dinámica de fluidos, y del vasto conocimiento químico y bioquímico a los nuevos ingenios solares impedirá una nueva ceguera, mas turbadora y menos momentánea, que la de nuestro ancestral antepasado. El camino recorrido habrá merecido la pena. Hipatia no debe sufrir un nuevo sacrificio. 

EL PARQUE DEL MILENIO COMO VALOR ECONÓMICO

EL PARQUE DEL MILENIO COMO VALOR ECONÓMICO
por Alejandro Prieto
La creación de un gran parque en el centro de Granada es una iniciativa que requiere de gran valentía por tratarse de algo bastante insólito, sin embargo existen muchas razones para pensar que ese esfuerzo se convertiría en un factor económico que revalorizaría por completo esa zona de la ciudad y todo su conjunto, y que se convertiría por sí solo en un elemento de extraordinario atractivo. Pensemos en que sería de Madrid sin el Retiro, o de Nueva York sin Central Park. En ambos casos ese gran espacio verde en el corazón de la ciudad se ha convertido en uno de sus principales valores turísticos, culturales y sociales.

Con la creación de este parque, el atractivo de Granada se vería enormemente reforzado, y eso actuaría como un imán sobre todo tipo de inversiones. El marco incomparable en el que situaría el Parque del Milenio en Renfe, rodeado por unas vistas impresionantes sobre el Albaicin, La Alhambra y Sierra Nevada, lo convertirían en el escenario perfecto para todo tipo de actos multitudinarios, tanto culturales, deportivos como sociales, y darían a esta ciudad una proyección impresionante, ya que marcos de esta categoría tenemos en Granada (como el mirador de San Nicolás) pero sus dimensiones y su uso son muy limitados.

 

EL Parque Central se convertiría en la nueva postal de Granada, de una Granada moderna, ejemplar, que sería vista con admiración, que superaría su categoría de capital de segunda y se convertiría en un referente nacional y mundial, no sólo por lo que hicieron nuestros antepasados si no por lo que hacemos nosotros ahora. En el futuro sería vista como una ciudad que supo abstenerse de la codicia y que con inteligencia fue capaz de ver el potencial de este proyecto y de crear lo mejor que se habría hecho aquí en los últimos 100 años.

Es el momento de que políticos de todas las ideologías actúen con visión de futuro y responsabilidad, que sepan ver todo lo que pueden perder si no se aprovecha la oportunidad única que nos brinda la reutilización de los terrenos de la Renfe, y lo poquito que se ganaría si se convierte éste espacio en otra zona mas de edificios, hoteles y parquecillos enclenques sobre aparcamientos subterráneos.

Si queremos ser grandes hay que actuar con grandeza. La creación de este Parque Central sería una obra a la altura de la celebración del Milenio y es seguro que si se hace realidad, dentro de otros mil años Granada recordará en los libros de historia a aquellos que apoyaron esta idea y la hicieron posible.

Por una Nueva Cultura Fiscal - I

Por una Nueva Cultura Fiscal - I

Sabe la lingüística que el sentido de las palabras depende del marco conceptual, o cognitivo, en el que se arrojan. La práctica política diaria requiere un trabajo previo de creación de marcos ideológicos, lugares comunes donde las palabras que transportan ideas tengan el sentido deseado.

Dice Ibarra, el ex de Extremadura, que el joven socialismo del PSOE tiene ideología pero no tiene ideas. No lo veo así, mas bien es que las ideas erráticas que tiene son producto de una carencia sustancial de ideología. Un partido sin ideología es un partido sin rumbo. Después está la acción política, donde las ideas se expresan. Las ideas encajan en la ideología cuando son coherentes con ésta, o utilizando una terminología de la física, cuando son consistentes. Una idea es un nodo en una red ideológica.

El liberalismo galopante ha creado prácticamente todos los marcos conceptuales de la política actual, su ideología es claramente perceptible cuando usan las palabras libertad, riqueza, crecimiento, bienestar, progreso, prosperidad, fiscalidad, impuestos, igualdad, solidaridad, y así un sin fin de términos cuyo significado ha dejado de ser ilustrado y progresista, de izquierdas y científico. En los marcos conservadores estas palabras representan creencias que no se cuestiona.

En materia económica, ni el gobierno estatal por activa, ni el autonómico por pasiva son capaces de hacer que la sociedad reflexione sobre las causas de su malestar. Si no, ¿cómo se explica el triunfo de opciones implicadas en corrupción urbanística? ¿cómo se explica que las posiciones derechistas causantes de la crisis actual triunfen electoralmente?

El caso del debate actual sobre los impuestos es un ejemplo. Es la derecha la que tiene reforzado su marco de debate. Cualquier cosa que digamos caerá en él y su respuesta será aplastante e indiscutible. Simplificando: subir los impuestos frena el crecimiento económico y destruye empleo. Han sido decenios de políticas fiscales neocons, decenios de religión económica única y verdadera.

El planteamiento de reforma fiscal del gobierno ZP comete varios errores fácticos.

1. Pretende ser reversible, bajaran los impuestos, dicen, cuando salgamos de la crisis. Olvida que la crisis está incrustada en el modelo y que los paños calientes solo son transitorios. No fuerza el cambio de modelo energético y productivo, que está apaciblemente en el centro del huracán.

2. No fomenta externalidades sociales positivas. Se delega el crecimiento del empleo a criterios de libre mercado sin que la nueva carga impositiva tenga como fin la inversión en sectores con futuro.

3. Sube el IVA de forma generalizada porque baja la inflación, de este modo el consumo no se resiente. Pero no es un incremento o mantenimiento del consumo de productos materiales lo que necesitamos, sino mas eficiencia productiva. Resumido: mas beneficios inmateriales con menos recursos materiales. Mas empleo con menos insumos. Lo que necesitamos es desmaterializar la economía.

4. El afán es recaudatorio y, salvo para poder afrontar el gasto en desempleo, lo que supone un cierto grado de resignación, no se observa ningún carácter finalista.

5. Son las rentas medias las que soportarán la carga impositiva.

La evidencia de reforma circunstancial y errática es tal que no engaña a nadie. El gobierno, como no asume su parte de responsabilidad en la crisis actual, no actúa para salir de ella, solo confía en la economía globalizada. Está a verlas venir, por eso Zapatero dice: “gobernar es también improvisar”.

De este modo, el PP ha encontrado de repente un filón para el contraataque político jugando en campo propio. Un campo en que la igualdad fiscalidad = impuestos no se discute, y los impuesto son de por sí malignos.

Como hablamos de fiscalidad, bueno es recordar que la palabra fisco alude a la cosa pública, sin la cual no serían posibles ni la educación, ni la sanidad, ni las infraestructuras, ni las condiciones de posibilidad para la convivencia democrática pacífica, ni otras muchas cosas que van desde los parques y jardines hasta la conservación del patrimonio histórico, desde los centros de acogida de menores hasta la asistencia a dependientes, desde el mantenimiento de las bibliotecas hasta la promoción de la creatividad, desde la defensa de los consumidores hasta la justicia misma; utilizando estos conceptos con mayúsculas, claro está, y entendiéndolos socialmente irrenunciables, ya se materialicen con calidad o con desidia.

Tenemos que recordar esto porque el concepto fiscalidad ha adquirido connotaciones despectivas indelebles; ese es el marco de la derecha, ese es el marco del capitalismo.

El capital, que es poder, es capaz de armonizar voces. Voces corales que hacen que la clase política que manda, en ocasiones, preste oídos más a “la cosa privada” que a “la cosa de todos”, a los grupos económicos de presión que al bien colectivo. El coro del mercantilismo es poderoso y no admite la polifonía. Dicho esto, y como gobernar es básicamente decidir qué y para qué, con cuánto y de dónde, o, lo que es lo mismo, aplicar ideología para obtener el ingreso y para distribuir el gasto, la fiscalidad debería ser un permanente frente abierto contra la ley de la selva, auspiciada por el ultraliberalismo económico que es la doctrina liberticida de la ley del más fuerte.

Es por ello que propongo un marco de acción política diferente al marco capitalista, démosle nombre, llamémosle Nueva Cultura Fiscal.

Aquí, en ese espacio, fiscalidad no significa recaudación, significa promoción. Significa gobierno, no poder. Diagnosticados los males de la economía, una reforma fiscal, basada en una nueva cultura fiscal, debe ir a la raíz del problema. Si la crisis es social, económica, ambiental, especulativa, en definitiva crisis civilizatoria, el modelo fiscal ha de cambiar de raíz. Hagamos de la fiscalidad un acto de civilización.

AÍMONOCE

AÍMONOCE

por Andrés Sánchez

-En mi país -dijo Alicia, que todavía jadeaba un poco al hablar-, cuando se corre durante algún tiempo en una determinada dirección se suele llegar a alguna parte.

-Tu país debe ser algo lento -comentó la Reina-. Aquí tienes que correr a toda velocidad para poder permanecer en el mismo lugar…”.

Alicia a través del espejo (Lewis Carroll)

Si Zapatero hubiese sustituido en sus lecturas estivales los tochos de Stieg Larsson por la Alicia de Carroll, él y nosotros habríamos salido ganando. Porque quizás haría política económica desde el lado correcto del espejo.

Entre las diversas situaciones por las que pasa Alicia en su viaje al mundo tras el espejo, dos resultan especialmente apropiadas: el encuentro con Humpty Dumpty y la carrera con la Reina Roja. El primero nos muestra el limitado poder del poder, valga la redundancia. El segundo, que el sentido común puede ser nuestro peor enemigo.

Al presidente del gobierno le será familiar la tesis del humano ovoide (o del huevo humanoide), de que las palabras significan… lo que el que manda quiera que signifiquen. Por ejemplo, se puede decir que no se modificará el impuesto sobre la renta, para a continuación eliminar la de reducción lineal de 400 € sobre la cuota del IRPF; declarar que son los ricos (¿o eran los poderosos?) los que pagarían más, aunque eso no significa reimplantar el mismo impuesto sobre el patrimonio (el que pagaban el 4% de los que más propiedades tienen) que eliminó en enero de ese año. ¿Querría decir en este nuevo mundo la palabra “poderoso” lo que en el viejo venía a ser “consumidor”? Porque por lo que opta es por subir dos puntos el IVA.

Se puede culpar de la crisis al “capitalismo especulador” y dejar intocadas las SICAV (las sociedades instrumentales para la compra/venta de activos financieros), con el argumento de que estos capitales “huirían”… Aun reconociendo que más que contribuir a financiar la inversión aumentan la volatilidad y los riesgos de los mercados financieros. Mientras tanto, las PYMEs tributan por sus beneficios veinticinco veces más que las SICAV.

Por último, si el que manda dice que la culpa de fondo es del modelo productivo, y que hay que cambiarlo priorizando el conocimiento y la sostenibilidad, se hace, aunque sea reduciendo los presupuestos para I+D en un 37% y los correspondientes a las políticas ambientales en un 14%.

Sin embargo, el poder tiene límites. A Humpty Dumpty (que no dejaba de ser un huevo) le dio por encaramarse a un muro, pasear por él, con la seguridad del apoyo del rey: “si me caigo, enviará a todos sus caballeros para que me recompongan, me dio su palabra”. Como sabemos, es más fácil freír un huevo que desfreírlo, romperlo que recomponerlo… así que de poco le sirvió al pobre Humpty el compromiso real. Para luchar contra la entropía hace falta algo más potente que las palabras, y la crisis no la van a conjurar el G20 a golpe de declaración “restauradora de la confianza”. El poder del poder está limitado… al menos, por la entropía.

De todos modos, la pregunta es por qué quiere el gobierno socialista subir los impuestos. En realidad, tanto por sus declaraciones como por sus acciones, el objetivo parece ser reducir el déficit público. Si estuviesen persiguiendo fines redistribuitivos, o modificar los incentivos del mercado, no elegirían una cesta de impuestos tan claramente recaudatoria. Además, no estarían negociando con grupos parlamentarios a todas las bandas, para quedarse con la combinación que acepte el grupo que sea.

Reducir el déficit es lo mismo que pide el PP, con su fórmula de austeridad y apretarse el cinturón “como una familia” (qué pavoroso ver el Estado como una familia, aunque deberíamos estar acostumbrados viviendo en una monarquía). La diferencia está en el reclamo electoral escogido por cada partido: para el PSOE es mantener la protección social (lo que implica reducir otros gastos y aumentas los ingresos vía impuestos), mientras que Rajoy opta por bajar los impuestos (y por consiguiente, una mayor bajada del gasto público). La estrategia del PP no sorprende: sigue las reglas de su lado del espejo. Quien está descolocado es el gobierno socialista.

Zapatero anunció (aunque bien pudiera ser una errata, o una improvisación/adaptación/invitación a la concertación) que la subida de impuestos será temporal. O sea, que durante la crisis se suben los impuestos, y cuando escampe, los bajará. Una lógica más contable (¿será la aportación de Salgado a la economía política española?) que económica, sobre todo para quien en algunas ocasiones reivindica a Keynes. Es keynesianismo… ¡especular! Quizás ésta sea la razón inmediata de la marcha de Jordi Sevilla. Si necesitó dos tardes para explicar la diferencia entre progresivo y regresivo, ¿cuánto le llevaría la Teoría General de Keynes?

La propuesta del gobierno tiene todo el sentido común: el gasto público lo tiene que sufragar alguien, ahora es más necesario que en la época de bonanza… luego recaudemos más incrementando temporalmente los impuestos. Pero lo que le sobra de sentido común le falta de sentido económico. El keynesianismo de Zapatero es como la carrera de la Reina Roja: la economía puede correr lo que quiera con más gasto público, pero al financias éste con impuestos… se desplazará el suelo del gasto privado en sentido contrario del público, compensándose. Y cuanto más se corre, más veloz se desplaza el suelo. Como subir unas escaleras mecánicas a contramano.

El núcleo de la política económica keynesiana no es que el gasto público ayuda a salir de las recesiones, sino que es el déficit presupuestario (es decir, el gasto público financiado con deuda) el que sostiene el incremento de la demanda efectiva necesario para impulsar el crecimiento. Claro que esta deuda habrá que pagarla en algún momento, pero como dijo aquel, en el largo plazo… todos muertos. Tan keynesiano es invertir en un estado del bienestar al modo de Roosevelt (o ahora Obama), o en desgravaciones fiscales a los ricos e incrementos en los presupuestos militares, como Reagan (aunque éste complicó las cosas con la política monetaria durante un tiempo). Lo que propone Zapatero (más impuestos en la recesión, y reducción de impuestos durante la bonanza) es procíclico y antikeynesiano. Y si insuficiente es el keynesianismo… cuánto más lo será tomar como modelo el Keynes del otro lado del espejo.

Evidentemente se podría hacer una política impositiva coherente, y que ayudara a dar más solidez a nuestra economía. La cuestión está en no tener como objetivo la recaudación a corto plazo, sino introducir incentivos al cambio de la economía: internalizando costes ambientales (veremos en qué queda el nuevo globo sonda del supuesto ecoimpuesto sobre los combustibles), desincentivando la especulación financiera (equiparando los beneficios procedentes de operaciones de compraventa de activos financieros a los que producen las PYMEs con su actividad), procurando hacer más equitativa, si no más justa, la tributación… Y algún día habrá que hablar que hay vida más allá del keynesianismo.

Alicia volvió a su lado del espejo, con un fuerte dolor de cabeza. “Al menos esta reina no corta las cabezas”, se consoló.

Al otro lado, la Reina Roja seguía corriendo… para no moverse.